Coincidiendo con las protestas de los Jefes de Servicio del HUD; en el Parlamento de Gasteiz, se dieron los datos de las esperas para las nuevas consultas no presenciales de los especialistas. A unos cuantos usuarios nos llamó mucho la atención su enorme cuantía, 11.297 pacientes; sin que apareciese como problema grave en las reivindicaciones de estos Jefes de Servicio, pues la gestión para su solución depende directamente de ellos y de las Direcciones.

Anteriormente, el paciente iba al médico de atención primaria y, tras ser escuchado y explorado por él, le enviaba al especialista; era recibido y él mismo le pedía las exploraciones complementarias pertinentes, decidiendo finalmente con el paciente sobre el tratamiento o el alta.

¡¡Pero este circuito lo rompieron unilateralmente!! Ahora, sin ser escuchado ni explorado el paciente, le pasan a una espera silenciosa e indefinida, o a una conversación telefónica con el especialista, quien decidirá el proceso a seguir. Si en la conversación telefónica el especialista piensa que necesita más pruebas complementarias, le dirá al médico de atención primaria que las pida.

Este circuito no presencial creado por el especialista supone una sobrecarga de trabajo para el médico de atención primaria de hasta un 5-10%. A quien, además, le mantienen pendiente en el ordenador, un día tras otro, de lo que decida el especialista. La creación de las OSI, la supeditación total de la gestión de la atención primaria al hospital, fue un grave error y ya es hora de que lo subsanen.

La consulta no presencial responde a una actitud paternalista del especialista que ni recibe, ni explora, ni escucha al paciente. En mi opinión tampoco respeta el criterio médico del profesional de atención primaria; pero eso sí, le sobrecarga de trabajo trasladándole la petición y seguimiento de las demoras de las pruebas. Los pacientes en espera y los rechazados o sin respuesta, volverán una y otra vez con sus dolencias a la consulta de su médico del Centro de Salud.

Esto no sucede en el ámbito privado de Euskadi, donde todos son recibidos, ni dentro del sistema Bismarck de financiación pública de la sanidad, que proveen las Cajas de Salud o Mutuas, en algunos países de la Unión Europea (Francia, Alemania, Bélgica, Holanda…) donde el paciente no solo elige al médico de atención primaria, también al especialista y el hospital. En esos países, el médico no cobra si no recibe al paciente.

Aquí, atiendan o no al paciente, por ser funcionarios cobran igual a finales de mes. Lo digo, porque sin sonrojarse por semejante cifra de pacientes sin atender; las OPE son una de las reivindicaciones de los Jefes que protestan. Pienso que algún día nos tendremos que homologar con otros países de la UE y tendrá que desaparecer este modelo funcionarial y anacrónico, que convive con estos problemas para los pacientes.

En los datos facilitados por el Departamento de Salud constaba que el Servicio de Neurología mantenía 551 pacientes en espera de ser atendidos por primera vez, el de Cirugía General 656 pacientes en la misma situación; mientras nos tuvieron en vilo porque algún paciente vizcaino había sido remitido a Córdoba para ser tratado con una determinada técnica. Los 1.801 de ginecología y los 2.548 y 1.756 de Oftalmología y ORL respectivamente, dejan atónito a cualquiera. Al igual que los 1.181 de Traumatología.

Cuando aseguro que esta situación es gestionable por los Jefes de Servicio a los efectos de eliminar estas demoras, es porque trabajan en un hospital de pleno rendimiento a las mañanas, pero a las tardes, hay muchos espacios libres, en los que se pueden realizar trabajos adicionalmente retribuidos. El sistema lo contempla.

El Gobierno Vasco sacó un Decreto de Garantías en 2006, en el que se establecían unos plazos máximos de espera para la realización de los actos quirúrgicos en lista de espera. Estos plazos eran de 30 días para los cánceres, de 90 días para la cirugía cardiaca y de 180 días para el resto de patologías. Casi el 13% de los oncológicos son intervenidos pasados los 30 días de espera y el 10% de otras patologías superan los 180 días. Estos resultados son preocupantes para los pacientes, porque han convivido con quirófanos y camas vacías en Onkologikoa, pero tampoco se comentan en las reivindicaciones de los Jefes.

Que con estas deficiencias se solicite como requisito el que se nombre director médico a alguien de la plantilla del hospital, conocedor de las practicas y proyectos del hospital, cuando ignoran estos graves problemas enunciados que afectan a los pacientes y, sobrecargan a la atención primaria, da la impresión de que quieren seguir manteniendo el mismo estatus que tenían y que nada cambie. En ninguna empresa en crisis se nombraría a un planificador y organizador, elegido por aquellos a quienes ha de controlar.

Como ciudadano y usuario que comparte sus opiniones con otros médicos jubilados y algunos pacientes, consideramos que el requisito formulado para la dirección médica, por quienes nada dicen de estos problemas enunciados, es inaceptable. Necesitamos directivos que se preocupen primordialmente por la atención de los pacientes y que tengan una formación y experiencia reconocida en las tareas directivas.