l Festival Internacional de Cine de Donostia de cada año comienza para muchos no en septiembre que es cuando llena los cines y el Kursaal de estrellas y cinéfilos, sino en mayo con la presentación de sus carteles. Es cuando se pone rostro a su edición y a sus distintas secciones haciendo que sea más tangible soñar con lo que está por llegar. Este año, al Zinemaldia le caen 70 tacos, número redondo, mágico y casi imposible de alcanzar para tantas iniciativas, y los carteles han dado un salto cualitativo impresionante, como no veíamos desde que se optó por el cambio de imagen. El cartel principal con el rostro de Juliette Binoche, compuesto por las letras de su nombre casi como si fueran delicadas teclas de piano, me parece el mejor de los carteles desde su renovación. Y siempre se agradece que quien pone rostro al Zinemaldia tenga algo que ver ese año con él, si no es como llevar a portada de una revista o a primera de un periódico a alguien que no sale dentro. Pero también son espectaculares, por fin, todos y cada uno de los siete carteles restantes que ilustran las distintas secciones. Maravilla. Toca felicitar a los responsables de Zinemaldia y a los autores de este alarde de creatividad que han hecho que, a sus 70 años, el que para tantos de nosotros es el festival de festivales luzca y brille como no lo hacía desde hace tiempo. l