demás del éxito del Super Amara Bera Bera, tras conseguir su tercer título liguero consecutivo (ocho en los últimos diez años, que se dice pronto), hay que poner en valor el mérito del equipo femenino de la Real, una vez asegurado matemáticamente el subcampeonato a falta de una jornada. Es decir, el conjunto txuri-urdin ha sido el campeón de la otra Liga; el primero por detrás del todopoderoso e imbatible, hoy por hoy, Barça (lo ha ganado todo y si lo hace también el domingo acabará con un pleno de victorias). Razón por la que se debe destacar una temporada en la que las de Natalia Arroyo han batido su récord clasificatorio; y más después de un verano convulso en el que la entrenadora catalana tuvo que rehacer la plantilla tras la marcha de diez jugadoras con mucho peso específico tanto dentro como fuera del terreno de juego (Nahikari García, Mariasun Quiñones, Leire Baños...). La labor protagonizada por Natalia, respaldada en Zubieta por Garbiñe Etxeberria, adquiere tintes épicos por la campaña firmada por un equipo joven, y con bastantes caras nuevas, que ha cimentado en su unión y en su ilusión por crecer la base de su éxito. Gipuzkoa sigue teniendo asegurado un gran futuro en lo que al deporte femenino se refiere. Logros como estos lo corroboran. l