Me llama la atención la cantidad de vehículos preparados y coches tuneados, motos de alta cilindrada, aviones a reacción por el aire, paquebotes y trasatlánticos surcando los mares€ Con todo esto no quiero decir que esté en contra del progreso, pero sí necesitamos una expansión tecnológica que sea más equilibrada y humana. La verdadera ecología empieza por la coherencia con nuestros comportamientos para con el medio natural que nos rodea. Resulta fácil proclamarse ecologista y apuntarse a todas las iniciativas más espectaculares de este movimiento social, hoy día, por cierto, muy necesario. Lo que ya no es tan fácil es vivir ecológicamente, cuidar debidamente lo que depende de ti, vivir con un estilo sobrio que respete el medio ambiente. Hace años leí una aguda frase de una pancarta que decía: "El mundo podría ser diferente si nosotros no fuéramos indiferentes". El juego de palabras no es baladí. Efectivamente, el mundo cambiaría radicalmente si adoptáramos ante los grandes problemas de la humanidad (hambre, degradación ecológica, violencia€), una postura más responsable. Entiendo que después de estos trágicos días de convulsión pandémica es fundamental centrarnos en el principio persona, respeto a la vida y de amor sincero a la naturaleza. No a las pintadas ni a las amenazas. La paz siempre debe ser sinónimo de respeto al derecho ajeno.