No es fácil poner en valor en estas líneasy en su verdadera dimensión una figura como la de Agustín Paulis, Auttinpara muchos de nosotros. Una persona diferente dentro de los cánones convencionales actuales, que supo ver lanecesidad de intervenir en los chavales altzatarras en tiempos de postguerra. Con Alfredo Razkin, Etxabe, Jauregi, Garbizu, Asumendi y otros más crearon el Sporting de Herrera. No era fácil,a caballo entre finales de la década 50y principios de los 60, poner en marchaunos equipos infantiles, pero en Altzaya se tenía experiencia antes de pertenecer a Donostia, con la zona deportiva de Jolastokieta. Fiel a su afición al fútbol, a sus ganas de distraer a los chavales, Auttin dedicó muchas horas ymucho esfuerzo y trabajo al Sporting.Recibió la Medalla al Mérito Deportivo y aprovechó el espaldarazo paraintroducirse en las sedes de los equiposnacionales y, sobre todo, en los de laReal y del Athletic. En todos los sitiosera bien recibido y su acceso a personas de interés en la Federación y en losclubes hizo más fácil conseguir materiales e incluso el campo de fútbol. Supopularidad era asombrosa. La Medalla de Oro del Sporting fue uno de losreconocimientos que más valoró y leconvirtió en el presidente de honor delSporting de Herrera.En la última época de su vida, alejadode estas responsabilidades, era fácilencontrarse con Auttin haciendo largos recorridos, a su paso ligero, con suramita entre los labios. Escuchábamossus recuerdos, que nos hacían comprender muchas cosas, y sus caramelos enel bolsillo, que compartía con nosotros.Agustín se ha ido para siempre pero nodebemos olvidar nunca que lo que recogemos de otros, en muchos casos paracambiarlo acorde con los tiempos y convoluntades, a veces equivocadas, sonel producto de alguien que aprovechóuna situación, le puso agallas y construyó, con ayuda de amigos que compartieron su inquietud generosa, algoque ha servido y sirve a varias generaciones, como es el Sporting de Herrera.