Efectivamente, Hernani tiene fama entre la juventud de Álava, Navarra y Bizkaia de ser un pueblo guay. Desde enero hasta finales de abril, se programan viajes a las sidrerías de Astigarraga y Hernani para continuar con el poteo salvaje en el Kaxko de Hernani hasta casi amanecer.

Dicen que Hernani es el pueblo guay donde todo vale. Se trata del pueblo en el que la cultura de la borrachera se ha adueñado de las calles del Kaxko y el producto más demandado es “aquí estoy yo, hago lo que me parece y me voy de rositas”.

Hay algunos vecinos pelmas, los aguafiestas de turno, los cansinos que protestan por protestar, son viejos que no aguantan nada, mejor no hacerles caso, que llevan años dando la lata con el equilibrio entre diversión y descanso.

Dicen que hemos llegado a esta situación por la permisividad continuada de los responsables de la vigilancia y control en el pueblo y la dejadez en la aplicación de las más elementales normas cívicas. Cuando preguntas a algún policía municipal cuántas denuncias ha puesto por la aplicación de determinadas ordenanzas municipales reguladoras de la convivencia ciudadana y el uso y limpieza de la vía pública, miran a otro lado o contestan diciendo que los efectivos son insuficientes y tienen que priorizar los trabajos. Y las prioridades se las marcan desde arriba, así que...

La solución al conflicto es recuperar el orden que nunca debió perderse, recuperar la seguridad en la calle y el respeto al descanso, evitar el enfrentamiento entre vecinos y hacer que se viva a gusto. Es cosa de unos pocos, de los que marcan las prioridades a nuestros agentes municipales. Pedimos que lo hagan bien, aunque solo sea unos pocos fines de semana, los de enero hasta finales de abril o bien que aporten soluciones alternativas que salvaguarden los derechos de los vecinos.