Tenemos un nuevo problema que va creciendo, y debiéramos analizar las causas que más influyen en este comportamiento de nuestros jóvenes, que sin pretender querer justificar sus actuaciones, sin sopesar los agravantes que les llevan a cometer estas acciones tan reprobables. El efecto ya lo vemos, por ello habríamos de ir a la causa, cine, televisión, tertulias muy atrevidas, pero, sobre todo, la forma de vestir de nuestras jóvenes, con atuendos un tanto generosos, que hacen descontrolarse al varón, en lo que en términos musicales expresaríamos como tocata y fuga.

Se han descontrolado los tiempos, desde aquellos años en que la mujer, siempre muy discreta, ha pasado a ser muy atrevida, y/o se le alecciona, sobre todo, en su forma de vestir, o no resolveremos el problema, ya que al varón, en este tema no se le puede poner patines ya que desde nuestros primeros padres, vimos que el tema no tenía enmienda, al no poderse resistir en lo que se les había prohibido en el paraíso.

Nos falta carácter para cumplir premisas básicas para el buen funcionamiento de nuestra sociedad. Si esperamos que el Gobierno solucione nuestros problemas, esperaremos toda la vida. Un mayor empeño en nuestros actos, junto a un cambio de actitud, podía significar la entrada en la senda del bienestar. Recordemos aquel proverbio de no sé quién que decía que en la vida hay algo peor que el fracaso, y es el no haber intentado nada.