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No es fácil el matrimonio

No he dicho nada nuevo. Parece una obviedad en los tiempos en los que estamos. La vida de casados puede ser maravillosa si el afecto y la entrega mutuos se hacen realidad diariamente. De lo contrario, el aburrimiento y la desidia pueden campar por sus fueros. Siempre he creído en el diálogo. La teología necesita fuertemente ese diálogo sincero con la antropología, la psicología, la pedagogía, la sociología... El destinatario que recibe el mensaje bíblico vive en un mundo nuevo y cambiante. Me parece que es clave entrar en diálogo con las principales ciencias humanas para que el mensaje teológico pueda penetrar con eficacia en el corazón del hombre de hoy.

Desde el siglo XVI comenzaron algunos teólogos a subrayar los siete gestos primordiales de la Iglesia, es decir, la unión y la entrega mutua y definitiva entre dos personas, basada en el amor como sacramento. ¿No diríamos algo parecido que en una pareja homosexual, madura y creciendo mutuamente en el amor existe la mirada bondadosa de Dios? Afortunadamente Europa va dando pasos en la legalización de los matrimonios homosexuales, antes España y Francia, ahora Alemania y faltan todavía Grecia, Austria e Italia.