Gracias a la excelente gestión del Gobierno Vasco y del principal partido que lo sustenta, Euskadi está consiguiendo, a pesar de la diferencia de fuerzas, que el Gobierno español vaya cumpliendo esa Constitución que tanto sacraliza cuando le conviene y que termine de transferirnos todas las competencias, tan constitucionales como el Congreso y el Senado y que después de tantos años siguen pendientes de cumplir. De todas ellas, la que más ilusión le hace a Simplicius es la de la Seguridad Social, que es la que regula las pensiones de la elite de los felizmente jubilados, a la que pertenece Simplicius por derecho duramente ganado y por haber nacido en el primer tercio del siglo pasado. Cuando llegue el feliz día en el que recibamos tan anhelada transferencia, los jubilados vascos esperamos y confiamos en que nuestro Gobierno, consciente de la escasez de las cifras en las que se mueven hoy dichas pensiones, las lleve a un nivel que nos permita llevar una vida digna e incluso holgada. Además, los jubilados, por lógica y sentido común, tenemos que cobrar más dinero que los que están en activo, porque tenemos mucho más tiempo para gastar.