El Ayuntamiento de Donostia y la participación ciudadana
El Ayuntamiento pretende aparecer como un ejemplo de participación ciudadana gastando cientos de miles de euros en un gran Foro Internacional sobre Democracia Directa y apoyando una consulta antitaurina de muy escaso interés social y clara motivación política, cuando nunca ha realizado consulta ciudadana alguna y continuamente desoye demandas refrendadas por miles de ciudadanos, como las que le piden que no siga promoviendo la destrucción del patrimonio edificado y de las cualidades urbanísticas de la ciudad.
Hasta tal punto desestima el Consistorio cualquier tipo de participación ciudadana en los asuntos públicos, que incluso ignora las decisiones de los propios Consejos Asesores Municipales, que le obligó a formar la Ley del Suelo, la representación de los partidos políticos y organismos institucionales sobre la de las entidades de la sociedad civil, resulta tan abrumadoramente mayoritaria que anula su propia razón de ser. Además, el Gobierno Municipal decide cuando se convocan qué temas tratan y qué proyectos y estudios se presentan a debate.
En estos consejos los representantes de las entidades ciudadanas tenemos que trabajar en condiciones propias de épocas pre-democráticas. Carentes de cualquier apoyo oficial, se nos niega incluso el acceso a los informes y expedientes municipales que necesitamos para llevar a cabo una labor que realizamos sin remuneración alguna, pagando de nuestro bolsillo hasta las copias de los documentos que presentamos, mientras los miembros de los grupos políticos, a pesar de cobrar por su mera asistencia, apenas revisan los asuntos en cuestión, ni presentan opiniones mínimamente formadas.
Si, como resulta más que evidente, el Gobierno Municipal ni ha practicado, ni va a practicar nada que tenga que ver con esa “nueva gobernanza” que lleva décadas intentando aparentar, debería al menos emplear las grandes sumas de dinero que a ello le dedica a atender alguna de las necesidades básicas que tiene la ciudad y que quedan sin cubrir por falta de presupuesto.