Hoy voy a desearles felicidad, pero intentaré hacerlo sin caer en la cursilería. Para ello no hay mejor cosa que tomar prestada la frase de algún escritor, o filósofo de prestigio. He encontrado a uno. Nuestro maestro de ceremonia será un renombrado actor, humorista y escritor neoyorquino llamado Julius Henry Marx (1890-1977), más conocido como Groucho Marx. “Hijo mío”, dijo, “la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...” Concluyo, por su sutileza, que la plena felicidad se sirve en cápsulas chiquitas, no exactamente azules, y que deben ser muy efectivas. Al final siempre está el maldito dinero. ¿Y la salud?

No crean que la felicidad y la salud están unidos. El UK Million Women Study es una larguísima encuesta a más de 700.000 mujeres británicas, de 59 años, sobre la felicidad. La conclusión es por lo menos desconcertante: “Ser feliz no alarga la vida y ser infeliz tampoco la acorta”. El estudio, elaborado por la Universidad de Oxford, desmonta la leyenda urbana de que los ricos viven más tiempo. Aunque, ¡los muy cochinos!, viajen más, vistan mejor, tengan coches más chulos, y se diviertan mogollón, no por ello son más duraderos. Esto es un aviso, porque tal vez algún potentado, taimadamente, quiera cambiarse por alguno de nosotros. No se dejen engañar, será que pretende vivir tanto como los pobres. No se lo permitan. Aunque en toda esta teoría puede haber un fallo, como me sugirió un día mi interlocutor. “Pobres y ricos vivimos igual, lo que ocurre es que a los menos afortunados la vida se nos hace mucho más larga, con eso de las hipotecas, los créditos, los colegios, las deudas, y la morosidad. Al llegar la noche y cuando por fin cierras los ojos, parece que ha pasado una eternidad”. Seguramente, como en otras ocasiones, tendrá razón. Yo no creo que el dinero sea un castigo, aunque no se lo aseguro al cien por cien porque yo nunca he experimentado tal suplicio. Concluyo con otra frase de mi filósofo preferido de cabecera: “No reírse de nada es de tontos, reirse de todo es de estúpidos”.