El sionismo no deja de repetir que la historia de los judíos ha llegado a su final y que su conclusión es Israel, el último refugio.

Seguir colonizando Palestina es la herramienta que se propone a la diáspora judía para que asuma el legado de su historia cuando en realidad la traiciona. De tal forma que de manera recurrente el sionismo promociona su propaganda, sea en Europa o en América, para que nuevas familias estén listas para vivir su judaísmo trasladando sus vidas a Israel. El sionismo, deliberadamente, pretende que los judíos franceses, polacos, rusos, argentinos o norteamericanos borren la memoria, sus tradiciones y lenguas nacionales, para pasar a contaminarse de un proyecto en el que ejercer de verdugos de un pueblo, el palestino, que nada tiene que ver con sus sufrimientos pasados.

Con motivo del crimen contra Charlie Hebdo, Benjamín Netanyahu, primer ministro hebreo, hizo un llamamiento a los judíos franceses para que emigren a Israel. Necesita más colonos para su proyecto de anexionarse al menos el 40% de los territorios ocupados, haciendo del resto una entidad político-administrativa con reducidas competencias a la que podría llamarse por conveniencia Estado palestino. Pierre Stambul, activista judío y vicepresidente de la Unión Judía Francesa por la Paz (UJFP), le responde afirmando que en Israel se esfuerzan por borrar la historia de los judíos en los diferentes países en los que han vivido. Si los judíos han sido considerados mucho tiempo por los antisemitas en Europa como parias inasimilables y si han sido perseguidos porque constituían un obstáculo a los nacionalismos enloquecidos que soñaban con sociedades étnicamente puras, jamás buscaron la separación, sino al contrario, la inserción en el interior de las sociedades en las que vivían.

Stambul es más duro cuando afirma: “De hecho, el sionismo jamás ha combatido el antisemitismo. Se ha alimentado siempre de él con un único objetivo: hacer inmigrar al máximo de judíos a Israel. Netanyahu no duda en poner en peligro a los judíos franceses. Hace de ellos extranjeros en su propio país, turistas que no han comprendido que su patria está en otra parte. Se les dice a los judíos franceses que son traidores (a la sola y única causa, la del Gran Israel del mar al Jordán) o cómplices. Francia ha sido siempre un fracaso para Israel: apenas 80.000 judíos (de un número cercano a 700.000) han partido desde 1948 y una mitad de ellos ha vuelto. Entonces la propaganda se vuelve ensordecedora. Sin embargo, si hay un país donde los judíos están inseguros es en Israel, y será así mientras prosiga la destrucción de Palestina”

Y agrega: “A la alya (ascenso) de los vivos hacia Israel se añade ahora la de los muertos. Las autoridades israelíes incitan vivamente a los judíos franceses a enterrar a sus allegados en Israel. Así, las víctimas de la matanza de la Puerta de Vincennes han sido inhumadas en el cementerio de Givat Shaul. Este barrio de Jerusalén es el antiguo Deir Yassin, la aldea mártir de la guerra de 1948 en la que las milicias del Iurgun dirigidas por Menachem Begin masacraron a toda la población antes de que la aldea fuera, como tantas otras, borrada del mapa. ¡Qué símbolo!”

Como Pierre Stambul piensan muchísimos judíos. La idea de que la cohesión judía pasa por un Israel que ocupa y coloniza es un ardid para hacer creer que fuera del Estado sionista no hay salvación para el judaísmo. Es la misma lógica de consagrar Israel como Estado exclusivamente judío, enterrando para siempre la aspiración de varios millones de palestinos al regreso tras las expulsiones de 1948 y 1967.

De hecho, los judíos han vivido por cientos de años junto al mundo musulmán en plena convivencia. El antisemitismo es una invención europea y cristiana. También se puede afirmar que la islamofobia y el racismo anti árabe que es patente en Israel, son obra del sionismo, no de los judíos en general. Los sionistas aseguran que judíos y no judíos no pueden vivir juntos, algo ampliamente desmentido por la historia. Algunos rabinos que militan en el sionismo, van más lejos, y aseguran que siguiendo a la Torah ésta autoriza a matar a los palestinos por su condición de amalecitas (en la Biblia hebrea, se cuenta que los amalecitas continuamente trataron de atacar a los israelitas). Con mensajes como éste, ¿cómo imaginar que el trato al pueblo palestino no tendrá consecuencias?

El sionismo de hoy a diferencia del de los pioneros de finales del XIX y principios del XX es claramente integrista, nacional-religioso, en un cóctel que ha revisado la religión hebrea para manipularla y hacer de ella la fuente de unos derechos divinos que le otorgan impunidad para masacrar al pueblo palestino. Así es como la frase “El año próximo en Jerusalén” ha sido interpretada por el sionismo como el derecho a una limpieza étnica de la ciudad. Es el caso que los sionistas que ahora se erigen en intérpretes oficiales del sufrimiento judío en el Holocausto jugaron un papel marginal en la lucha contra el fascismo y el antisemitismo.

Stambul hace una reflexión profunda y reveladora: “Para los judíos laicos, los valores dominantes de Israel son la antítesis de lo que son para ellos los valores del judaísmo. ¿Dónde se encuentra en la tradición judía el racismo, el chauvinismo, el militarismo, el negacionismo de la existencia y de la dignidad del otro? ¿Qué hay de común entre lo que han representado los grandes intelectuales judíos (Einstein, Freud, Arendt, Kafka, Walter Benjamín?) y los criminales de guerra que dirigen Israel? ¿En qué se ha convertido en Israel la memoria de las y los que lucharon contra el fascismo y el colonialismo (Marek Edelman, Abraham Serfaty, Henri Curiel?)? ¿Qué herencia judía pueden invocar los colonos y los militares que justifican la violencia y los crímenes cometidos contra los palestinos?” Como dice el militante israelí anticolonialista Eitan Bronstein, “jamás seremos libres mientras no lo sean los palestinos”.

Rechazando el tribalismo, enfrentados al llamamiento de Netanyahu los judíos franceses reafirmarán una historia de la que pueden estar orgullosos.

Los judíos han vivido cientos de años junto al mundo musulmán en plena convivencia. El antisemitismo es una invención europea y cristiana

Enfrentados al llamamiento de Netanyahu, los judíos franceses reafirmarán una historia de la que pueden estar orgullosos