“Creo que no me la merezco porque eso es para la gente que hace cosas grandes de verdad”, pronunciaba un humilde Imanol la víspera del día tan especial en el que el presidente de la Real, Jokin Aperribay, le iba a colocar la insignia de oro y brillantes del club. Su legado, con un título de Copa y cinco clasificaciones para Europa de manera consecutiva como bandera, entre otros éxitos, como el apostar decididamente por la cantera para llevar al equipo guipuzcoano a exhibirse en los mejores campos del continente, va a quedar grabado con letras de oro en la historia de la Real. En la vuelta de honor, ovacionado por los casi 30.000 aficionados que quisieron despedirle en una ya histórica tarde del 18 de mayo de 2025, se vio reflejado todo lo que le quiere la gente. Por numerosas voces críticas que hayan aparecido (muchas estaban esperándole), el oriotarra ha mantenido la calma y, lo que es más importante, ha sabido marcharse cuando ha creído que no podía sacar más jugo a esta plantilla. Con honestidad. Y lejos de las polémicas palabras en alusión a la filosofía del Athletic en su última comparecencia, pongo en valor estas: “Voy a dormir muy tranquilo porque el futuro de la Real está garantizado”. Imanol, como te dijo tu sabia madre, “no dejes de luchar y no dejes de sonreír”. Laster arte!