Existe un juego, muy del gusto de los poderosos -sobre todo, de los que han ostentado en alguna ocasión un cargo público de relevancia-, similar al tradicional Monopoly, pero, en lugar de comprar propiedades inmuebles, consiste en adquirir paquetes accionariales importantes de determinadas empresas. Uno de los jugadores es el expresidente del Gobierno español Felipe González, que en los últimos meses ha realizado compras y ventas de títulos de Gas Natural, compañía de la que es consejero; una maniobra que ha llamado la atención en el sector. Como ya les comenté en este foro hace unos meses, está a la orden del día que exaltos cargos del Gobierno se agarren a las grandes multinacionales; supongo que, entre otras cosas, para asegurarse una jubilación digna. Al parecer, con las pensiones vitalicias que se han ganado -por si alguien no lo ha pillado, es ironía- no les llegará... Y ejemplos tenemos muchos: empezando por el ínclito José María Aznar -asesor de Endesa para Latinoamérica, entre otros cargos- y su secuaz Rodrigo Rato -asesor de Telefónica, Santander y La Caixa, ahí es nada- pasando por los exministros socialistas Josep Borrell -consejero de Abengoa- y Narcís Serra -consejero también de Gas Natural y alguna otra firma-. Ah, ¿el juego? Parece muy divertido. Para ellos, claro.