Cartas a la Dirección

-egun on, Inés. ¿Qué tal has descansado?, le preguntaba Aquiles a su porteadora. ................................................................. -Bien, gracias, he dormido intranquila, me he acordado en sueños del dolor del otro día, después de las series................. -No me la juegues, hoy es el gran día, dependo de ti, te he estirado todo lo necesario, te he mimado amigo tendón, a pesar de que solo mides 17 centímetros, te quiero.

Te he invitado a Etofenamato Pote siempre que has querido, sé que te gusta y te da subidón y calorcito. Respétame hoy en Anoeta, no me falles. Estoy ante los míos, en Euskadi. Cuando empuje con el talón en los tacos de salida, acuérdate de los días en las termas de La Kontxa, de los suaves y placenteros masajes, de todo nuestras historias juntos; de las risas que hacemos con las sorgiñas de las alemanas e inglesas de nuestra serie, que aparentan menos de 72 años, pero sacamos nuestro turbo Made in Euskadi y nos las cepillamos en los primeros 20 metros, como si estuviéramos en la Korrika.

-Me pides muchas cosas, Inés; pero yo soy un tendón mayor, estoy para pasear por el marco incomparable y disfrutar de la vida. Pocas veces te he fallado. Soy como un Mercedes de exposición y además soy algo mayor de 72 años, porque yo empecé a crecer cuando me engendraron tus aitas. Lo que pasa es que te ha entrado esta locura del atletismo de veteranos y me tienes loco.

Soy fiel, nunca me podré separar de ti. Aunque Regulo, el entrenador, se ha pasado un poco, lo soportaré.

-El otro día, en el miniestadio, me encontré con mis primos tendones, los de Armando, Antxon y César, y me tocaron la moral, me filtraron que hay por ahí unas ortigas en Peñas de Aia que, con un emplaste, puedes estirarte unos dos o tres centímetros.

-Aquiles, déjate de tonterías, ¿o es que tienes miedo escénico?

-Inés, confía plenamente que de ésta salimos.

-Eskerrik asko, Aquiles, eres parte de mí.

Esta pequeña historia en este mundo del atletismo es comunitaria. Mujeres y hombres que han alargado su vida atlética desde la juventud, otros han caído en la red, proviniendo de las carreras populares, todos con una misma filosofía: mantener una calidad de vida y sentirse mejores como personas. Se dice que el atleta no se hace sino que nace, y que cada uno de nosotros lo llevamos dentro. Superación y reto personal, valores y sentimiento interior, qué cada uno que descubra el suyo, en la montaña, en la pista, en el paseo por la Kontxa, en el respeto por el otro, en la crisis.

Este Campeonato de Europa de Veteranos, más allá de las anécdotas, es un lugar de concentración de personas, es un encuentro multicultural, es un escaparate de solidaridad. En la pista y en pantalón corto, todos somos iguales y sentimos lo mismo. Atletismo limpio y para siempre.

Juantxo Sabadie

Miembro de la Federación Vasca de Atletismo