Cartas a la Dirección
HA pasado un mes desde las últimas inundaciones acaecidas en el río Urumea. La prensa se preocupa menos de aquella situación y posiblemente algunos de los dirigentes de nuestro país piense que las "aguas han vuelto a su cauce" y todo olvidado. Efectivamente, las aguas fueron a su cauce pero dejaron a su paso daños demasiado importantes como para que a los vecinos afectados se nos olviden tan fácilmente. Sepan que son decenas de familias las que están desplazadas de sus hogares con el trastorno que ello conlleva. Que las viviendas, comercios, garajes y bajos están todavía sin rehabilitar y serán semanas y meses para cuando esto se reestablezca.
Sr. Izagirre, usted tuvo la valentía de acudir a los barrios de Martutene y Txomin aun sabiendo lo que iba a escuchar, nada agradable por cierto, como así fue pero, por otro lado, lo tenía relativamente fácil ya que con decir que era nuevo en el puesto, justificaba buena parte de sus respuestas. En su visita venía acompañado de los responsables de la Guardia Municipal, los bomberos, la presa de Añarbe y una persona para asesorarnos con los seguros, todo para analizar y justificar las actuaciones llevadas en mejor o peor grado. Pero, Sr. alcalde, tenía que haber venido acompañado del diputado general de Gipuzkoa, del responsable máximo de Costas y, por qué no, de un responsable del Gobierno Vasco, ya que para el lehendakari supongo que sería "demasiado" venir a estos barrios, que desconozco si están registrados en alguna parte.
A este río, desgraciadamente para nosotros, los sufridores, le va a hacer falta muy poca precipitación para volver a desbordarse. Por, entre otras, estas razones: las mareas que introducen cada vez más arena hacia dentro, el río que baja con más sedimentos, el cauce cada vez más estrecho y con más vegetación y maleza, los puentes, las nuevas construcciones?
Sres. dirigentes de este su territorio, creo que no hace falta ser un ingeniero de caminos, canales y puertos para ver este problema. Si esta situación afectara al centro de Donostia, seguro que estaba solucionada hace 50 o 70 años, pero ocurre en Txomin y Martutene, "problema pequeño". Sepan ustedes que los vecinos de estos barrios son tan dignos como los de otras partes de la ciudad o de Gipuzkoa, que tienen las mismas obligaciones que los demás pero, sin embargo, los derechos muy mermados. Hay que decir que esto también ha tenido su lado positivo, que ha sido la solidaridad que todos los vecinos y voluntarios de estos barrios han demostrado una vez más con los afectados y por qué no, de los que desde otras partes de la ciudad vinieron, entre ellos el alcalde (esto sí le honra, otros ediles anteriores no lo hicieron pero, Sr. Izagirre, nos gustaría no volver a verle en nuestro barrio con botas y una pala por esta causa). Hagan lo que sea para solucionarlo de una vez.
J.L. Cano