Cartas a la Dirección

EL periodista Asier Zaldua al informar, el pasado día 13, sobre la construcción del frontón de Aginaga, ponía en boca del alcalde de Zumarraga lo siguiente: "Ya al primer alcalde que tuvo Azkoitia en la democracia le pidieron que construyera un frontón en el barrio y este reservó un millón de pesetas para el proyecto. Pero cuando llegó Roman Sudupe a la Alcaldía se decidió destinar ese dinero a la construcción del bidegorri entre Azkoitia y Azpeitia". Le pido al alcalde de Zumarraga que cuando haga declaraciones, sobre todo si alude a personas concretas con nombres y apellidos, hable con mayor conocimiento sobre los temas. El primer alcalde de Azkoitia en esta etapa democrática fui yo; el bidegorri entre Azkoitia y Azpeitia lo ha construido la Diputación Foral muy recientemente, con Olano de diputado general. Si el alcalde de Zumarraga se refiere al paseo entre Azkoitia y Azpeitia que se construyó en los primeros años de los 80, le hago saber que fue construido por el Gobierno Vasco por la gestión realizada por los alcaldes de ambas localidades aprovechando la visita del Papa a Loyola en noviembre de 1982.

Es posible, no lo recuerdo, que los presupuestos predemocráticos recogieran la partida aludida por el alcalde de Zumarraga para la construcción del frontón. No lo tengo para olvidar, sin embargo, que el presupuesto era de 41,1 millones de pesetas y que los gastos ascendían a los 60 millones. A nadie le debería extrañar, y menos al alcalde de Zumarraga, que no se llevara a cabo la citada demanda, ya que tuvimos que reducir los gastos en una tercera parte. Y cuando, a raíz del Concierto Económico, empezamos a tener mayores recursos dimos mayor prioridad, en el sector rural, a los accesos a los caseríos, a la electrificación rural y a la instalación de teléfonos en los caseríos. Me ha extrañado, y mucho, el tiempo (¡más de 20 años!, a pesar de los importantes recursos económicos que han dispuesto los ayuntamientos guipuzcoanos durante muchos años) que ha tardado el Ayuntamiento de Zumarraga en cumplir su promesa, ante la tesitura del barrio de anexionarse a Zumarraga, de construir el frontón. Por lo visto, la otra promesa, la del bar en el barrio, la sigue incumpliendo.

Roman Sudupe Olaizola