Cartas a la Dirección

no es de ahora que Martutene tiene que hacer frente a una situación que, a la hora de escribir este texto, aún no se ha neutralizado. ¿Cuánto más tienen que aguantar los vecinos de ese barrio para que el Ayuntamiento de Donostia, la Diputación y la Dirección de Costas hagan algo? Llevan años vigilando el Urumea mientras ven cómo se van acumulando intervenciones en el río -puentes, por ejemplo, por muy "al aire" que se construyan-, la falta de limpieza y la draga que, al decir de una profana, no hacen más que perjudicar a otros puntos del cauce de este río (Hernani, Astigarraga, Martutene).

Se oye por los medios de comunicación que "lo peor ha pasado y se va volviendo poco a poco a la normalidad". Lo peor, amigos, no ha pasado, se queda. Se queda la frustración, la desesperación, el gasto y, después de que el agua se va, se queda el barrizal y uno descubre el desastre de lo que hasta ese momento era útil. Pasa a la aceptación y? vuelta a empezar. Triste pero no puede hacer otra cosa. El hecho de que pase en otras zonas parece como que consuela un poco. Que la naturaleza tenga la culpa de casi todo y no se pueda hacer nada por evitarlo es un pobre y miserable argumento. "Esto ha pasado siempre". ¿Qué significa esta idea? No es verdad que esto haya pasado siempre y, además, al concepto siempre el interés del que habla le da la duración que quiere. No se puede estar siempre igual. La Dirección de Costas tendrá que ponerse las pilas y ponérselas a todas las instituciones que malintervienen en todo lo que está pasando en Martutene. Veinticuatro horas de lluvias, por muy fuertes que sean, no hacen los mismos daños con un cauce de río limpio y cuidado de forma eficiente, tantas veces pedido por el vecindario. A mí me duele ver a mis amigos sufrir impotentes el desastre en sus casas, no saber qué hacer con las personas enfermas o dependientes, sin electricidad, sin poder tranquilizarles. Y me admira su capacidad para hacer frente, ¡una vez más!, a una situación que ellos no pueden evitar, solo sufrirla. Confío en que pasados unos días no volvamos todos a esa idea tonta de que lo peor ya ha pasado y la aceptación de "hasta la próxima". No tiene que haber próxima. Estos vecinos no tienen por qué vivir en un riesgo constante por algo que tiene solución.

Elena Arrieta Yarza