Estimado director de NOTICIAS DE GIPUZKOA:
El miércoles 24 de agosto del presente año se publica en su periódico que mi nueva faceta profesional será la de asesor cultural del Ayuntamiento de Donostia, algo absolutamente falso. Pero si la mentira sorprende y duele, pues no se ha contrastado con la persona en cuestión, es decir conmigo, aún teniendo contacto directo como así lo corroboran las últimas entrevistas que he realizado para su periódico, y observando el seguimiento que se realizó desde sus páginas a mi último proyecto de dirección cinematográfica para la cadena árabe Al Jazeera, seguimiento estrecho con entrevistas desde El Cairo y al finalizar el proyecto ya aquí en casa (como pocos medios lo hicieron, por lo cual estaba realmente agradecido), duele aún más el tono de desprestigio que se utiliza en el artículo a la hora de retratarme.
¿Por qué no se publicó nada sobre "el giro que protagonizó Fermín Muguruza" en el año 2003, "de criticar a la clase política y a las instituciones a colaborar en materia cultural", cuando desde el departamento de Cultura del Gobierno de Ibarretxe se me pidió que participara en la elaboración del Plan Vasco de Cultura? Seguro que "fuentes conocedoras de la situación" corroboraron esta noticia a su periódico.
Si bien es verdad que mantuve una reunión en el ayuntamiento donostiarra con el alcalde, Juan Karlos Izagirre, a petición suya, porque quiere mantener vías de comunicación directa con distintos artistas y creadores vascos, y en la misma me pidió que opinara sobre algunos temas concretos, también es cierto que a finales del año pasado me reuní con la directora del Instituto Etxepare y que también desde este Instituto se me pidió asesoramiento sobre distintas cuestiones internacionales, como también es verdad que he mantenido una relación de colaboración con el Festival de Cine de Derechos Humanos de San Sebastian y el Festival de Cine Internacional, del cual fui miembro del jurado el año pasado, y que su Ayuntamiento, al igual que el Ayuntamiento de Bilbao, siempre ha contado conmigo cada vez que he organizado algún espectáculo musical, gira o evento específico.
Si tenemos en cuenta estos datos, ¿por qué no se dijo entonces que el lehendakari Ibarretxe, el lehendakari Patxi López o el alcalde Odón Elorza confían en Fermín Muguruza como asesor cultural?
"El santo y seña del rock radical vasco", como me llaman de manera eufemística desde su periódico en el citado artículo, ha estado este año participando como ponente en las jornadas sobre políticas culturales que con motivo de la capital cultural de Marsella en el 2013 se han realizado en esta ciudad, invitado por la asociación Incubadora de empresas y actividades culturales, ha trabajado como profesor en la universidad de Baja California en el área audiovisual, ha programado la sección de documental musical del Festival de cine de México Distrito Federal, y ha desarrollado en Londres con el equipo de Al Jazeera English un futuro proyecto que probablemente dirija el próximo 2012, y en septiembre estará presentando las películas sobre la música árabe que realizó el pasado año, en el Festival Internacional de Cine San Sebastián, en el Festival DOCSDF de México, en la Universidad de Barcelona Ramón Llull, y en el Festival Amal de Galicia, además de acudir de nuevo como profesor, en esta ocasión a Cuba, para impartir la asesoría sobre series documentales en la Universidad de San Antonio de los Baños.
Mi "nueva faceta profesional" no será por lo tanto la de asesor cultural del Ayuntamiento de San Sebastian, cargo para el cual no he sido nombrado, aunque sí que responderé a la petición de orientación sobre los temas específicos que se me ha demandado de la mejor manera posible, dando mi opinión, de la misma manera que lo he hecho anteriormente y lo haré en el futuro con otras instituciones gobernadas por otros colores políticos, sin esconder mi tendencia política, pues tengo claro que "a nadie se le escapa que mi relación con la izquierda abertzale viene de lejos".
¡Ah! Y a pesar del supuesto giro que he dado, sigo criticando, quizás más que nunca, a la clase política.
Atentamente: