Ahora dicen que existe un escrito anónimo que puede explicar el hecho de que la elección de Donostia como Capita Europea de la Cultura para 2016 haya sido efectuada de forma fraudulenta.

Es decepcionante, en primer lugar, todo el tufo político que se vislumbra alrededor de este asunto.

Y es decepcionante que una persona, para echar por tierra la decisión del tribunal competente a este respecto, utilice un escrito anónimo. Quien lo hace para acusar es, en principio, un cobarde. Es una persona sin categoría.

Pero aún es más decepcionante que quienes se creen con categoría hagan caso a un escrito anónimo, cuando lo que debieran de hacer, por dignidad humana, es no dar ningún valor al mismo, simplemente por ser anónimo.

Quien manda el anónimo y quien le da valor quedan a la misma altura: como personas sin categoría.