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El año vasco de Marañón

HA sido generoso el País Vasco en el recuerdo a Gregorio Marañón, a los 50 años de su muerte (1960-2010), como lo fue con nosotros en vida el genial médico y humanista. Su amor por esta tierra fue nuclear como ha quedado demostrado en mi libro "El Mundo Vasco en Gregorio Marañón", obra que ha tenido un cierto éxito pues la edición, prácticamente se ha agotado.

Presentado en San Sebastián el 16 de marzo de este año, coincidiendo casi con la fecha de su muerte, concitó el interés de Kutxa y el Colegio Oficial de Médicos de Gipuzkoa, además de la RSBAP; que lo apadrinaron. Muy poco después, en Madrid, en la Fundación Ortega, hoy Ortega-Marañón, se repitió la presentación coincidiendo con la magnífica exposición "Marañón, en la Biblioteca Nacional" que ahora se ha clausurado tras su paso por Toledo, ese Toledo tan Marañoniano.

Nunca un libro es algo definitivo, tampoco en nuestro caso, a pesar de tratar de ser exhaustivos y analizar la ligazón de don Gregorio con el paisaje vasco, su gastronomía, sus amigos ilustrados, los médicos y maestros, su fiel Zuloaga, los intelectuales Unamuno y Baroja, y hasta San Ignacio de Loyola. Quedó en el olvido su vinculación con el gran Aita Donostía, relación epistolar que hemos conocido gracias a Mª Teresa Zulaica de Zaragüeta, y hasta la figura de Mary Juana Camio, la cocinera gipuzkoana de los Marañón, desde 1917 hasta 1952, y que al decir de Baroja, era en casa de Marañón donde mejor se comía de todo Madrid, gracias a Mary Juana y su arte culinario.

Esas novedades han sido recogidas en la edición en euskera: "Euskaldunak Marañonen begietan", gracias a la colaboración de G. Etxeberria, y otra vez a Kutxa y Colegio Médico, con nuevas ilustraciones y presentada en la ciudad de Hondarribia, en setiembre, gracias a su alcalde Kerejeta, recordando su amor por el Bidasoa, y en donde se hizo entrega a la Fundación Marañón de la estupenda acuarela de Sagarzazu, portada del libro, y autor, asimismo, de las 33 acuarelas que embellecen la obra y le dan un gran valor añadido.

Bilbao y Vitoria han sido escenarios de otras presentaciones de dicho libro, dándose en cada lugar los matices pertinentes a la figura de Marañón, que lo aproxima a cada uno de esos escenarios vascos.

En este recorrido vasco de Marañón he sido requerido por otras lugares para desvelar esta raíz vasca. En Cádiz en su Real Academia de Medicina y Cirugía y en Valencia en la sede de la pujante Sociedad Económica de los Amigos del País, que dirige con acierto el activo amigo Francisco Oltra.

No podemos olvidar el pasado 10 abril en Santigo-etxea de Zumaia, hermoso y soleado día primaveral en los jardines de esa "Villa Medicis", que ahora cumplen 100 años. En ese feérico (término de Marañón) escenario se les recordó a Zuloaga y a don Gregorio ante el inacabado mural "Mis Amigos", en primera línea Marañón y Ortega, y todos los intelectuales del momento, a la espera de la publicación del epistolario de ambos gigantes que desvelarán tantas cosas de nuestra historia.

Volví a Zumaia, esta vez a Foronda, invitado por aulas Kutxa, y ante un público tan querido como familiar hablé de Marañón y Zumaia, y de Ortega, y de Santiago-etxea y su enorme anfitrión, Ignacio Zuloaga.

Pero de todas estas evocaciones marañonianas, y algunas más, hay dos especialmente queridas para mí y se sitúan en Zumárraga y en la recuperada pintura de Elías Salaberría, adquirida por Kutxa y que, pronto, lucirá en el nuevo Oncológico.

Empezando por Salaberría diré que Marañón descubrió la sensibilidad y el mundo vasco en su pintura. Conocía un esbozo de una obra suya, obra final de su vida, 1952, en la que el pintor de Lezo, representa a Marañón pasando visita en el Hospital General de Madrid (hoy edificio de la pinacoteca Reina Sofía), en aquel hospital en donde el oñatiarra Juan Madinaveitia le enseñara la exploración del enfermo. Hasta ahí mi conocimiento.

Gracias a mi buen amigo Vicente Zaragüeta supe que el cuadro original, en color, el óleo-lienzo de 175 x 236 cms, recién había llegado a subastas Anteo, desde un particular de Madrid. Tal vez desconocían la coincidencia del año Marañón y algunos creían que la escena recreaba nuestro viejo Hospital de Manteo. Aclarado todo, el cuadro lució en la presentación del libro antes aludido en la sala de Kutxa de la calle Andía, y ha lucido, en todo su esplendor, en la reciente exposición de Marañón, en Toledo. Tiene todo ello un valor significativo, un cúmulo de acertadas casualidades y sobre todo, que es el único cuadro existente en el que se representa a Marañón como clínico.

Lo de Zumárraga tuvo, tiene, un "sabor especial". Nuevamente, gracias a la amistad del Dr. Samaniego con el generoso y buen alcalde de Zumárraga, Mikel Serrano, pudimos organizar y rememorar la famosa cena, 1958, que organizó, en la sociedad Beloqui, su gran amigo Busca Isusi a Marañón y que ofició Imanol Apaolaza.

El pasado 7 de noviembre, dentro de las jornadas de "Buskantzas", se celebró un acto académico con la participación de Lauran Busca Aguirre, Juan José Lapitz, y el director de la Fundación Marañón, entorno a Busca Isusi y Marañón, nombrándose a la Fundación Ortega-Marañón, Cofrade de Honor. Jornada emotiva, genial, que culminó con una rememoración de aquella famosa cena, que contaría en una famosa carta, don Gregorio a su amigo S. Miranda como el máximo evento gastronómico de su vida, no sólo por la comida sino por los comensales: José de Arteche, Antonio Valverde, Fausto Arocena, Iribarren, Berruezo, G. Altube, Banús, Dr. Bergareche, Reyes Corcóstegui, Marañón, José Mª Busca Isusi, Julio Caro Baroja, Ciriquiain Gaiztarro, Luis Peña Basurto, Angel Cruz Jaka, Dr. Almorza, Iñaki Zumalde, Mallea, Dr. Inaraja, y Luis Arcelus. Allí "Ayalde" le hizo la célebre caricatura a Marañón. La recreación, esta vez en "Etxeberri", tuvo también, para mi, su momento mágico, por la comida y los comensales: sentido de amistad, confraternidad, intervenciones emotivas, recuerdos y añoranzas. No podré olvidar el señorío del joven alcalde Mikel Serrano Aperribay, tan marañoniano de generosidad y talante liberal.

Termina el año. Para mi, la compañía de Marañón, ha sido muy fructífera, me ha afianzado en los valores de la bondad y de la generosidad, y el País Vasco, como él lo recordaba, ha sido justo amigo para un gran amigo de los vascos.

Esperamos para los inicios de 2011, la biografía "definitiva" de Marañón "Radiografía de un Liberal", editada por Taurus y de la mano del buen amigo, Director de la Fundación, Antonio López Vega.