EL presidente de Kutxa ha presentado, vía artículo de opinión, una nueva visión de Kutxa y unos principios que, de cumplirlos, nos podrían acercar a los que algunos venimos reclamando durante tanto tiempo, que Kutxa y el resto de Cajas Vascas, a los valores y objetivos que dieron lugar a las mismas. Un modelo social y una apuesta firme y decidida por el desarrollo social y económico de este país y el conjunto de su ciudadanía, recogidos en los propios estatutos. Una vuelta a los principios básicos que no se debieron abandonar nunca.

Si ese artículo es el principio del cambio y no se queda en mera palabrería que nadie dude, menos él que ya conoce nuestras ofertas, que va a encontrar en los representantes de la izquierda abertzale un apoyo importante en Kutxa. Pero si sólo son cantos de sirena y un discurso para "quedar bien" para la galería, sin ningún cambio efectivo, que no dude que nos volverá a tener enfrente.

Hoy la situación de Kutxa y el resto de cajas vascas, según nos dicen, no es la misma que otras muchas cajas del Estado. Afirman tener un capital sólido, gran solvencia y rentabilidad, parámetros económicos que las sitúan "bien" pero que a su vez les han llevado, para seguir ganando terreno, a olvidarse de planteamientos éticos, falta de control y a abandonar sus orígenes. Se apuntaron al carro de beneficio, sea como fuere, sin importarles dónde ni a costa de qué y eso les ha llevado a caer en los peligrosos "juegos" que han generado la actual crisis

Nadie puede olvidar cómo, no hace tanto tiempo, Kutxa se ha visto inmersa en una serie de operaciones inmobiliarias especulativas en el Levante español, en operaciones "oscuras", con "amigos" nada deseables y un largo etcétera que, de paso, han mermado los resultados de Kutxa al tener que dedicar ingentes cantidades de los mismos a provisiones. Por otro lado su alocada expansión en el Estado español, donde ya tiene más oficinas que en Euskal Herria, ha generado igualmente pérdidas sin ninguna necesidad.

Sirvan estas líneas para aplaudir, si de verdad se produce, ese cambio de rumbo, pero necesitamos hechos, no meros discursos por muy bien que los mismos suenen. Pero, desgraciadamente, no podemos creerle demasiado pues cuando ha tenido oportunidad, hace pocas fechas, de dar un cambio, de abrir las puertas de Kutxa a la democratización de todos sus órganos y a la pluralidad quien ahora dice palabras bonitas ha actuado justo en sentido contrario.

Desde el PNV, que dirige y controla la Kutxa, han preferido mantener su posición de fuerza en el Consejo de Administración y la Comisión de Control pese a que han perdido, de forma importante, la mayoría que tenían en la Asamblea General. Ahora cuentan con 24 de los 100 Consejeros-as mientras la izquierda abertzale, en conjunto, cuenta con 21, pese al apartheid político que le resta representación, y se han negado a que la representación proporcional en todos los órganos pudiera hacerse realidad. Pese a ello, no vamos a dudar en seguir haciendo propuestas y veremos si lo que ahora Iturbe afirma en la prensa, se va a poder hacer realidad con hechos en Kutxa.

Ejemplos como la creación del Fondo Anticrisis, que propusimos el año pasado y que conseguimos poner en marcha, aunque no con la intensidad que deseábamos, son pequeños pasos que animamos a multiplicar y utilizar pues vienen a demostrar como es posible cumplir, al menos en parte, la función social que las cajas tienen encomendada. Otras propuestas como la de ayuda a la vivienda social en alquiler, sin embargo, no han salido adelante pero no vamos a cejar en nuestro empeño de hacerlas realidad pues Kutxa puede hacer mucho también en este campo. Iturbe hace alusión también en su artículo a la "fusión vocacional" de las cajas vascas para afirmar, acto seguido, que no es el momento oportuno dada la profunda crisis económica. Si como también reconoce, no sólo hay un modelo único de fusión ni tampoco una motivación única para llevar adelante las mismas, hoy algunos estamos convencidos que con una visión social y de país no sólo puede ser el momento para la misma, si no que serviría, si así lo acordáramos, para ayudar a salir de esa crisis a los ciudadanos que la están pagando en sus propias carnes sin ser los responsables de la misma, a las pequeñas y medianas empresas, al futuro económico y social de Gipuzkoa y toda Euskal Herria.

Pero mientras esto dice desde Kutxa, su compañero y presidente de BBK, Mario Fernández, continúa dando pasos para crecer mirando a España. Lo intentó y fracasó con la CCM y de nuevo lo ha intentado, esta vez a través de un SIP, fórmula que también critica Iturbe, con la CAM. Abandonen definitivamente el camino para "estar cómodo en España" y apuesten por un reforzamiento económico y social de este país.

Es evidente, como él bien dice, que todo depende del modelo que se acuerde y de eso Iturbe sabe mucho. Hace poco más de un año él fue uno de los promotores de una fusión a dos (BBK-Kutxa) que fracasó, entre otras cosas, por el modelo mercantilista y alejado de los intereses de Euskal Herria. También por la prepotencia de su partido a negarse a negociar un acuerdo con quienes desde la izquierda abertzale le reclamábamos un acuerdo en base a un marco vasco de relaciones laborales y sociales, un reforzamiento de la función social y el abandono de las políticas mercantilistas y partidistas.

La visión social que ahora anuncia el señor Iturbe, y su compromiso social y con este país, son los que siempre les hemos puesto sobre la mesa y ellos han dicho no. Si ahora quieren recorrer ese camino están a tiempo y lo tienen fácil pero tienen que abandonar sus intentos de imponernos el marco estatal, olvidarse de las privatizaciones y apostar decididamente por un modelo social para este país. Si Iturbe y compañía están dispuestos a compartir la sostenibilidad, la identidad, el desarrollo de nuestro propio ámbito de actuación, una vuelta a lo básico, a los valores que las hicieron nacer, a la creación de valor social tanto en términos económicos como de bienestar y de progreso social sostenible, desde la cercanía, la honestidad y la responsabilidad que no duden que van a contar, como siempre, con nuestra mano tendida y cuanto antes iniciemos el camino mejor.

Hemos estado, estamos y seguiremos estando dispuestos a acordar ese cambio de rumbo porque estamos convencidos que otro modelo económico no sólo es deseable si no posible y en ello nos vamos a empeñar Las cajas de ahorro vascas pueden ser la punta de lanza de un sistema financiero para Euskal Herria, y desde un modelo social pueden servir para ayudar a salir de la crisis a esta país, desde la soberanía tanto económica como política y social.