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Raquel PardoPresidenta de la asociación Aralar de ayuda y prevención de la ludopatía en Navarra

"La ludopatía es una adicción invisible y silenciosa que puede ocultarse durante bastante tiempo"

Raquel Pardo, presidenta de la asociación Aralar, celebra la nueva normativa como un avance necesario frente al auge del juego, aunque advierte que la digitalización del sector sigue elevando los riesgos

"La ludopatía es una adicción invisible y silenciosa que puede ocultarse durante bastante tiempo"Iñaki Porto

“¡Por fin!”. Raquel Pardo, presidenta de la asociación Aralar de ayuda y prevención de la ludopatía de la Comunidad Foral, no esconde su satisfacción tras la reciente aprobación del Reglamento del Juego en Navarra. Sin embargo, se trata de una victoria pírrica en el contexto actual: la transformación digital del sector está revolucionando el mundo de los juegos de azar y el riesgo de sufrir daños es cada vez mayor. Según Aralar, en 2023 los ciudadanos navarros apostaron -“solo en juego presencial, sin considerar el online”- cinco millones de euros más que en el año anterior.

¿Por qué han calificado como un “hito” la reciente aprobación del Reglamento del Juego en Navarra? ¿Marca un antes y un después?

-Cuando se publicó en el Boletín Oficial de Navarra (BON) nuestra reacción fue ¡por fin! Navarra ha sido de las últimas comunidades autónomas en adoptar algunas medidas de regulación del juego. Pasó de estar a la cabeza, como modelo, a la cola. Es una vieja reivindicación de nuestra asociación, especialmente por las medidas para la protección de dos grupos muy vulnerables: los menores de edad y las personas que están en un proceso de rehabilitación por ludopatía, intentando dejar el juego. Supone un avance.

¿Qué faltaría?

-Hay margen de mejora. Por ejemplo, se siguen dispensando bebidas alcohólicas en los locales de juego y las máquinas tragaperras quedan libres del control de acceso.

¿La expansión y transformación digital del sector del juego ha multiplicado los daños asociados a la salud de las personas? 

-Aunque sigue prevaleciendo el juego presencial y la iniciación al juego por parte de menores también es mayoritariamente presencial, es verdad que el juego online, fruto de la digitalización, es el que más crece.

¿A qué se debe? 

-Un elemento clave del entorno digital es la inmediatez: los refuerzos inmediatos (como premios rápidos o bonificaciones) generan un ciclo de recompensa continua que favorece el desarrollo de conductas compulsivas. Por otro lado, el uso de dinero virtual o tarjetas hace que se diluya la percepción real del gasto, desactivando el control inhibitorio que normalmente se activaría al manejar efectivo. En conjunto, estos factores han creado un entorno de riesgo único y sin precedentes, donde la adicción al juego puede desarrollarse de forma silenciosa, rápida y mucho más extendida que en épocas anteriores.

“En Navarra uno de cada tres adolescentes ha jugado con dinero en el último año”

¿Poder disponer de un casino en el bolsillo las 24 horas ha sido el gran cambio de paradigma de la ludopatía en el siglo XXI?

-La accesibilidad es total: cualquier persona con un teléfono móvil, una tablet o un ordenador puede acceder en segundos a plataformas de juego en línea, sin necesidad de desplazarse ni exponerse públicamente. El entorno digital forma parte de la vida diaria y es percibido como seguro y neutral. No se necesita ir a un casino físico; basta con estar en casa, en el trabajo o incluso en la calle para jugar. A esto se suma la disponibilidad permanente: las plataformas están activas 24 horas al día, 365 días al año, lo que elimina cualquier tipo de límite temporal o físico. Además, el juego online ofrece comodidad y anonimato, lo cual reduce las barreras sociales que antes disuadían a algunas personas de acudir a locales de juego. 

Señales de alerta de una adicción “invisible y silenciosa” 


Lotería, bingo, apuestas deportivas o póker. Da igual la modalidad o actividad de juego: cuando se pone dinero encima de la mesa para conseguir un objetivo concreto, en mayor o menor medida, los expertos alertan de que puede darse un riesgo de consumo problemático. Aunque ni mucho menos se detecte a las primeras de cambio: “Decimos que (la ludopatía) es una adicción invisible y silenciosa que puede ocultarse durante bastante tiempo. Lo habitual es que estalle a partir de los problemas económicos que esta provoca”, argumenta la presidenta de Aralar. Antes de que una persona acabe desarrollando un complejo trastorno psicológico del que es muy difícil escapar -y que los médicos y psicólogos asocian a un impulso irrefrenable o una conducta imperiosa, inevitable-, normalmente aparecen algunas señales de alerta. 


Raquel Pardo recuerda que “normalmente se empieza a apostar cantidades pequeñas de dinero” y que, poco a poco, la cifra “va aumentando” hasta lograr la excitación deseada. “La persona se siente nerviosa o irritada cuando intenta controlar, reducir o abandonar el juego. Hace esfuerzos repetidos, pero siempre sin éxito”, añade. Además, más allá de las graves repercusiones financieras, la onda expansiva del juego puede afectar negativamente al círculo más cercano del jugador. Según Pardo, las consecuencias hacen mella en el hogar. “La mayoría de los familiares que acuden a Aralar no imaginaban que el juego pudiera ser el problema principal de su ser querido. Aunque perciben que algo no va bien, rara vez consideran la ludopatía como una posibilidad”. 


Las conductas de riesgo están estrechamente relacionadas con la obsesión o los pensamientos recurrentes en las apuestas (“reviviendo, por ejemplo, la experiencia de apuestas pasadas o planificando cuál será la siguiente”); en casos de malestar personal (“desamparo, culpabilidad, ansiedad, depresión o soledad”) en los que el juego sirve para canalizar emociones personales y dolorosas; cuando después de dilapidar dinero en un juego se repite la operación para ‘recuperar’ las pérdidas; y también al poner en peligro o perder una relación sentimental, un empleo o una carrera académica o profesional. “Si alguien se siente identificado con alguna de estas señales, es el momento de pedir ayuda”, resuelve Pardo. 

¿La sofisticación digital y el marketing hacen que cada vez sea más fácil empezar a jugar y más difícil abandonar el juego?

-Y la inversión en marketing. En 2025 las inversiones publicitarias del juego online en España alcanzaron los 203 millones de euros, lo que representa un incremento del 37,3% en comparación con el año anterior. Evidentemente, es un negocio muy rentable. Las empresas de juego también tienen profesionales de la psicología en sus filas. Y juegan con todo tipo de mecanismos psicológicos para reforzar, por ejemplo, la idea de que las victorias son frecuentes y lo de que “en la próxima tirada me va a tocar, seguro”. Es muy fácil entrar en ese laberinto, pero muy difícil salir. Nada es inocente, todo está pensado. Recientemente, narraba un psicólogo de una plataforma de juego cómo emplean colores brillantes y llamativos, tonos dorados o rojizos, para evocar sensaciones de emoción y triunfo, o azules y verdosos para generar una atmósfera de confianza y tranquilidad. Pasa lo mismo con los efectos sonoros, los destellos… 

¿El típico perfil del varón adulto que dilapida el dinero en las máquinas tragaperras o en la lotería está dando paso a un consumidor más joven en Navarra?

-La edad de inicio al juego es muy temprana, en torno a los 15 años. En Navarra uno de cada tres adolescentes ha jugado con dinero en el último año. El perfil ha cambiado y podemos decir que un alto porcentaje responde al de un varón, menor de 35 años, con trabajo, deportista y consumidor de deporte. La apuesta deportiva es en este momento el principal problema de juego, con Navarra a la cabeza del Estado. La realidad es que cada día se juega más dinero. 

¿Cómo se puede detener esta espiral?

-Con tres medidas. En primer lugar, con más control, es decir, legislaciones más estrictas y más inspecciones; segundo, con un trabajo en prevención desde la adolescencia; y, finalmente, poniendo en marcha campañas de sensibilización social. Hay países donde los locales de juego solo pueden estar en las periferias de las ciudades, o están prohibidas las fachadas con imágenes llamativas como ruletas, dados… Se debe eliminar todo tipo de reclamo, también en la publicidad. 

¿El concepto de juego responsable es un oxímoron?

-¿Por qué se habla de juego responsable pero no de un consumo responsable de alcohol o de tabaco? Son las plataformas de juego las más interesadas en extender esta idea de juego responsable. Ahora empieza a hablarse también de juego sostenible, un término todavía más peligroso porque implica que se puede sostener, que no causa daños, que se puede mantener a lo largo del tiempo. Los juegos de azar están diseñados para ser adictivos; digámoslo sin tapujos, igual que se ha reconocido que fumar mata.

¿Colectivamente necesitamos despertar y tomar medidas? 

-No somos conscientes de los riesgos del juego y tampoco solemos asociar la adicción con personas que llevan una vida aparentemente estructurada: con un empleo, familia, amistades y rutinas estables. Por otro lado, el juego presenta una paradoja social muy significativa: está ampliamente aceptado e incluso promovido como una forma de ocio legítima, pero cuando deriva en una adicción, la persona afectada es rápidamente estigmatizada y juzgada. Se le atribuyen etiquetas negativas que ocultan la complejidad del trastorno y dificultan el acceso a la ayuda. El mayor miedo de las personas que acuden a Aralar es que se sepa de su ludopatía. Como sociedad, nos falta recorrer un largo camino para comprender la profundidad del problema.