El colesterol es uno de los lípidos del cuerpo, una grasa elemental imprescindible para la vida en los animales. Forma parte de las células, participa en la formación de la vitamina D, de las hormonas sexuales, de las hormonas corticoides, y de la bilis hombre obtiene el colesterol a través de dos vías: una es la interna –el 80 % del total del colesterol se forma en el hígado–, y la otra es la externa –es el colesterol obtenido de los alimentos–.

El volumen de colesterol circulante depende de la formación en el hígado, de su absorción intestinal, del estado del metabolismo lipoproteico y de la excreción biliar.

El colesterol circula por la sangre combinado con proteínas formando moléculas de lipoproteínas. Hay dos principales:

* HDL (Lipoproteína de Alta Densidad) o colesterol bueno. Esta molécula está compuesta por un 75% de proteína y un 25% de colesterol. Va por las arterias recogiendo la grasa depositada en sus paredes y llevándola de vuelta al hígado para que la metabolice. Recoge la grasa que ha dejado el colesterol LDL.

* LDL (Lipoproteína de Baja Densidad), también llamado colesterol malo. En ella, la proporción entre proteína y colesterol es inversa a la de la HDL. Este colesterol malo es el que deposita la grasa en las arterias.

Los triglicéridos

Junto con el colesterol son el otro tipo de lípido elemental. Están formados por la unión de tres ácidos grasos:

* Los saturados: se encuentran en la grasa animal. Son los más peligrosos.

* Los monoinsaturados: presentes en algunos vegetales.

* Los polinsaturados: en aceites de semillas vegetales y pescado. Son los mejores para la salud.

Las funciones principales de los triglicéridos en el cuerpo son suministrar energía a las células y almacenar energía en forma de grasa subcutánea, sirviendo por un lado como capa protectora de la temperatura corporal y, por otro, como amortiguador en las caídas y traumatismos evitando fracturas óseas.

Son, también, un factor de riesgo cardiovascular cuando están elevados, pero su importancia es mucho menor que en el caso del colesterol.

Hipercolesterolemia

La hipercolesterolemia es un exceso de colesterol en sangre. El nivel actualmente considerado como límite superior es 200.

Para valorar cuándo hay exceso de colesterol se debe tener en cuenta, además de la cantidad total de colesterol, la relación que hay entre él y las lipoproteínas. Así tenemos un índice de riesgo aterogénico, es decir, de formación de placa de ateroma. Para calcularlo, la fórmula es: colesterol total entre HDL. El cociente debe ser menor de 4,5. Cuanto más alto sea este índice mayor será el riesgo de accidente cardiovascular.

Es necesario realizar varios análisis para confirmar que los niveles están elevados y no ha habido errores de laboratorio.

¿Cómo se forma un trombo?

Las grasas adheridas a la pared arterial son un obstáculo donde tropiezan los glóbulos blancos y las plaquetas. Se forma así un pequeño coágulo, trombo, que disminuye la luz y, en caso de despegarse, circula. Ya en movimiento se llama émbolo, y circula hasta que tapa una arteria, produciendo un infarto. Por su parte, las lesiones que obstruyen un 50% de la luz no dan problemas de isquemia, pero con un 75% se empiezan a notar síntomas de isquemia con el ejercicio. A partir de un 90% la obstrucción debe ser eliminada por cateterismo.

El colesterol elevado, por sí solo, no da ningún síntoma que permita sospecharlo.

Tratamientos

Lo primero que se debe hacer es un cambio en los hábitos de vida. Dejar de fumar, bajar de peso, hacer una dieta equilibrada, hacer ejercicio, controlar la diabetes y la hipertensión arterial.

La dieta debe ser pobre en grasas y dentro de ellas evitar las saturadas y utilizar aceites ricos en ácidos grasos poliinsaturados, por ejemplo el de oliva. Hay que tener en cuenta que los hidratos de carbono ingeridos en exceso, azúcares, se almacenan en el organismo, transformados en grasas. Por eso es tan importante evitar la obesidad.

Cocinar con aceite vegetal, comer verduras, frutas, pescado y cereales forman parte de una dieta saludable. Hay recomendaciones exageradamente alarmistas sobre determinados alimentos, por ejemplo los huevos. Un par de huevos diarios es una medida bastante restrictiva y prudente, si tenemos en cuenta su influencia sobre los niveles de colesterol. Por su parte, el consejo de no abusar de mariscos parece dirigido a los ricos. Sin embargo, el colesterol elevado no suele estar determinado por la comida en nuestro país. Los niveles más altos también se dan en mujeres delgadas que comen muy poco. Casi todo el colesterol circulante está hecho en el hígado de cada uno, diríamos que el nivel es algo constitucional en cada persona, en su mayor parte.

Podemos hacer la prueba sobre qué influencia tiene la dieta en uno mismo: estar unos meses a dieta severísima y otros a dieta descontrolada y hacerse luego un análisis tras cada experiencia. Lo normal es que los valores varíen muy poco, si lo hacen.

Para conseguir unos valores aceptables de colesterol, lo fundamental es tomar medicación. Esto se decidirá de acuerdo con el nivel de colesterol, de la presencia de otros factores de riesgo o de si padece ya una enfermedad cardiovascular o diabetes. 

Todos esos anuncios de yogures y otros alimentos mágicos que bajan el colesterol en sangre son un cuento. Podrán decir que entran dentro de una dieta saludable, como el aceite de oliva, o las nueces, pero a nadie se le ocurre pensar que tomando estos alimentos bajarán los niveles de colesterol circulante.