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Dani de la TorreDirector de cine y televisión

“Es bonito que el cine te remueva por dentro”

‘Live is Life’ es la tercera película que dirige Dani de la Torre. se estrenó en salas el pasado mes de junio y ha conseguido ser top 2 mundial entre las películas de habla no inglesa en la plataforma Netflix.

“Es bonito que el cine te remueva por dentro”

La cinta, ambientada en el verano de 1985, cuenta la historia de cinco amigos que se reencuentran en un pequeño pueblo gallego. Sin embargo, ese año los problemas del mundo real aparecen en sus vidas. Aferrándose a la amistad que les une, el quinteto tiene un plan para que sus deseos se cumplan en la noche de San Juan. 

PERSONAL

Edad: 47 años.

Lugar de nacimiento: Monforte de Lemos (Lugo).

Estado civil: Soltero.

Formación académica: Cursó estudios de Imagen y Sonido en un instituto de Orense. Se terminó de formar en la televisión autonómica de Galicia.

Carrera profesional: Ha dirigido varios cortos y tres largometrajes: El desconocido (2015), La sombra de la ley (2018) y Live is Life (2021). En televisión, sus trabajos más destacados son las dos temporadas de la serie La Unidad de Movistar+.

Proyectos futuros: Se encuentra inmerso en la grabación de la tercera temporada de La Unidad (Movistar+), en la preproducción de un thriller sobre las mafias y el crimen organizado en Marbella y dando forma a una nueva película sobre una luchadora de artes marciales mixtas.


¿Cómo llegó el proyecto a sus manos? 

A través de Mercedes Gamero, que era la directora de producción de Atresmedia Cine. Vi que era una historia de aventuras, de chavales en los años ochenta. En ese momento no lo vi muy claro porque estaba grabando la serie La Unidad, de Movistar+, y era un género diferente al que hago, pero me apetecía mucho hacer algo de aventuras. Al mes siguiente de entregarme el guion mi madre cayó enferma de cáncer. En el tiempo que estuve con ella, porque murió a los dos meses, me dijo que hiciera la película porque me iba a venir muy bien. A mi madre le encantó el guion, lo veía muy emotivo. Le estuve dando vueltas y me animé a hacerla. La verdad es que fue brutal volver a mi adolescencia y a los lugares a los que iba en bici con mis amigos. 

El guion es del novelista Albert Espinosa (Planta 4 y Pulseras rojas), ¿ha sufrido algún cambio? 

Sí, ha sufrido bastantes cambios. Espinosa tiene un mundo y yo tengo otro, y al final hay que llegar a un acuerdo. Albert es una persona muy receptiva y todo lo que cree que puede mejorar una película, lo acepta, así que no llegamos a discutir. 

El título de la película es una canción muy conocida del grupo austríaco Opus. 

Eso fue cosa de Espinosa, no mía. Live is Life es una canción icónica de los años ochenta, una canción que escuchábamos todos y que llevábamos en nuestros casetes. Forma parte de nuestros recopilatorios hasta el día de hoy. Creo que tiene un título muy bonito, porque el directo es la vida. Es un poco lo que les pasa a estos chicos, que quieren estar juntos, disfrutar... Eso es la vida de verdad. Y más en tiempos de redes sociales y tecnología. Creo que el título está muy bien elegido. 

Se desarrolla en los años ochenta, ¿costó mucho ambientarla a nivel vestuario, atrezo, etc.?

Cuando haces época tienes que adaptarlo todo: vestuario, atrezo, efectos digitales, efectos físicos… Y todo eso influye en el proyecto, en los presupuestos y a la hora de hacer creíble la película. Fue un trabajo muy duro, porque rodar época es caro, pero estoy encantado con el trabajo que ha hecho el equipo. 

¿Quién decidió las localizaciones? 

Yo quería llevar la historia a mi tierra gallega, hacerla mía. Con uno de mis mejores amigos de la infancia, que es director de fotografía y operador de cámara, fui a ver lugares de Galicia, sitios en los que yo había estado con él cuando teníamos quince años, pero que ya ni me acordaba de ellos. Fuimos descubriendo estos lugares y adaptándolos al guion.

¿Quién realizó la selección musical? 

Albert Espinosa y yo, aunque también nos ayudaron los productores Toni Novella y Jordi Gasull, por el tema de los derechos de autor, que son muy costosos. De hecho, el tema Live is Life costó una pasta. Nos presentaron muchas canciones de la época y entre todo el equipo íbamos viendo la que mejor se adaptaba a cada secuencia, pero bueno, la decisión final la tomaba yo. Luego está la banda sonora compuesta por Manu Riveiro, gallego también y con quien trabajo siempre. Quise meterle ese punto celta que tenemos en Galicia: violines, flautas, todo eso... Ese punto celta ayuda mucho a contar la historia, a vender los paisajes y a vivir un poco la noche de San Juan gallega.

Rodó la película en plena pandemia, ¿se agradeció la ausencia de curiosos?

Fue un regalo rodar en la pandemia porque estábamos solos, perdidos por esos parajes maravillosos. No había nadie. Fuimos unos privilegiados, porque mientras toda la población estaba recluida o teletrabajando en casa, nosotros estábamos por ahí, disfrutando de la naturaleza. Esta peli fue un regalo, la verdad. 

Y se aleja bastante del cine que habitualmente rueda, ¿se ha sentido cómodo?

Sí, mucho. Es género de aventuras y a mí me encantan las aventuras. Suelo rodar thrillers, pero también en ellos hay mucha aventura dentro. Al final, el código lo tengo. No me costó, me sentí muy cómodo y volvería a hacerlo. Lo que pasa es que ahora el cine está tan mal que ya no sabemos ni qué hacer para las pantallas. Esta película en Netflix está funcionando muy bien. Ha sido top 2 mundial de película de habla no inglesa.

Dani de la Torre, rodeado de los protagonistas de ‘Live is Life’.

¿Por qué decidió rodar con cinco actores noveles?

Estos chavales adolescentes generalmente no tienen experiencia y eso es muy bueno, porque no vienen viciados de currar en películas o series. Hay espontaneidad, hay energía, hay ilusión por hacer algo que nunca habían hecho en su vida. Eso lo transmitían a todo el equipo y, la verdad, fue una maravilla. Tuvimos una convivencia en una casa rural para ver de qué palo iban todos y fue maravilloso, porque conectaron superbien.

¿Fue complicada la selección?

Sí, fue un trabajo muy complicado. Eva Leira y Yolanda Serrano, las directoras de casting, vieron a más de dos mil quinientos chavales. La cosa es que había que buscar a cinco que se equilibrasen entre ellos. 

¿Cómo trabajó las escenas?

Con total libertad. Estudiaron los textos, los adaptaron a ellos y luego modificamos lo que no funcionaba. Les dejé margen para que improvisaran. Me encanta sacar cosas de las secuencias que no están, porque cuando escribes no estás en la localización, no estás en ese momento, no recibes el input del otro personaje... Pero en el momento en el que ruedas estás ahí; a lo mejor hace calor, a lo mejor estás sudando, a lo mejor te dice esto y tu reaccionas de otra manera... A mí eso me encanta hacerlo real, hacerlo de verdad. Por eso había un margen de preparación, de ensayos y de improvisación. 

¿Cuál es la sensación que se le va a quedar al público que vea Live is Life?

Quiero que sienta que es una película de libertad, de aventuras y de amistad. Que lo importante de todo esto es vivir la vida con la gente que quieres y, sobre todo, intentar no agradar a nadie, que te entiendan como eres, que te respeten como eres, aunque seas diferente. Que no tengas que estar de postureo todo el rato para agradar a cien mil followers. Creo que ese cine de los ochenta tenía mucha autenticidad. 

¿Qué le ha removido esta película por dentro?

Yo tuve una adolescencia muy jodida. Estaba muy perdido y lo pagué un poco con mis padres. Con la película volví a verme en la bici, a ver al chaval problemático que yo era y a entender de dónde venía todo eso. Entendí por qué mis padres me decían lo que decían y hacían lo que hacían en su momento, y además, con toda la razón. Creo que es bonito que el cine te remueva por dentro. Tuve una conexión muy grande con mi tierra, con mi gente, y volví a vivir con mi padre después de mucho tiempo fuera. Volví a la casa familiar y fue una experiencia muy potente en todos los sentidos. 

¿Habrá segunda parte? 

En principio, no, aunque nunca digas nunca.

"Me preocupa que a la gente joven no le dejen soñar”

¿Qué recuperaría de los años ochenta? 

Muchas cosas, pero otras no. De todas formas, no vamos a idealizar ahora los años ochenta porque fueron muy duros. La heroína atacó y mató a un montón de gente, hubo crisis económicas muy gordas y la gente lo pasó muy mal. Lo que sí hubo fue mucha libertad, mucho disfrute. La gente soñaba. Ahora me preocupa que a la gente joven no le dejen soñar. Sobre todo, por el nivel de exposición, por el nivel de exigencia, por el nivel de gustar y por el nivel de propósitos que tienen. Llega un momento que es normal que los chavales exploten. En mi familia me decían: Tú estudia, saca buenas notas e intenta hacer una carrera, pero tampoco había demasiada presión. Ahora hay una presión, no solo familiar y social, sino por tu propia aceptación como persona: que si eres majete, que si eres agradable, que si tienes abdominales... Todo eso es una coctelera para un chaval adolescente brutal. Es una presión que entonces no había.

¿En que ha mejorado España con respecto a la de los años ochenta? 

En muchísimas cosas. Ha mejorado en infraestructura, en derechos civiles, en calidad de vida... Creo que vamos por el buen camino, soy optimista. Evidentemente todavía hay racismo, hay LGTBfobia, hay un montón de cosas, pero eso tenemos que ir trabajándolo. En los años ochenta eso también estaba, y mucho más bestia. Hemos ganado mucho, pero tenemos que seguir trabajando.

¿Alguna idea para que la gente vuelva a llenar los cines? 

Pregúntale a Santiago Segura, que es el único que te puede responder a esto. Él tiene la varita mágica. Lo veo complicado, porque hemos salido de dos años largos de pandemia y creo que la gente no quiere encerrarse, quiere espectáculos en directo, conciertos, cenas, terrazas o playas. A ver si en invierno la gente vuelve a conectar con la cultura, con el cine o con el teatro. Quiero pensar que no lo hemos perdido, que esto es solo una crisis. A lo mejor los cines tienen que evolucionar atrayendo al público de otra manera. El público indie, por ejemplo, es el que va a ver ese tipo de películas y siempre responde, pero el público mainstream, que antes iba a ver nuestros thrillers o nuestras películas, lo ve todo en las plataformas y, claro, solo se mueven de casa para ir a ver Top Gun o películas de estas. Hay que atraer a ese público otra vez.