Israel se ha convertido este viernes en el primer Estado miembro de Naciones Unidas que reconoce formalmente la independencia de Somalilandia, una decisión anunciada por el primer ministro Benjamin Netanyahu siguiendo “el espíritu de los Acuerdos de Abraham” impulsados por Donald Trump.
El anuncio ha provocado una rápida condena de Somalia y de aliados como Egipto y Turquía, que lo consideran un ataque a la integridad territorial somalí, un precedente peligroso y una violación de la Carta de la ONU. Aunque Israel ya reconoció a Somalilandia en 1960, durante los cinco días de existencia del entonces Estado de Somalilandia, el territorio declaró su independencia actual en 1991 y ningún país miembro de la ONU lo había reconocido hasta ahora.
Netanyahu comunicó la decisión al presidente somalilandés Abdirahman Mohamed Abdulahi, ‘Irro’, mientras firmaba el documento oficial y anunciaba la intención de ampliar de inmediato las relaciones bilaterales mediante cooperación en agricultura, salud, tecnología y economía.
Decisión histórica
El Gobierno de Somalilandia agradeció la decisión histórica y expresó su voluntad de adherirse a los Acuerdos de Abraham para establecer relaciones diplomáticas plenas, subrayando que se trata del inicio de una alianza estratégica.
Desde el punto de vista israelí, el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) destaca la ubicación geoestratégica de Somalilandia, estable y fiable en una región volátil, así como su proximidad —entre 300 y 500 kilómetros— a los hutíes de Yemen, uno de los principales enemigos regionales de Israel, lo que podría suponer un punto de inflexión estratégico.
Para Somalilandia, el reconocimiento israelí supone un paso clave hacia su gran objetivo: la legitimación por parte de Estados Unidos.
Comunicado conjunto de rechazo
En respuesta, Somalia, Egipto, Turquía y Yibuti emitieron un comunicado conjunto de rechazo, alertando de que la decisión supone una amenaza para la paz y la seguridad internacionales y expresando su temor a que el acuerdo esté vinculado a la guerra de Gaza, incluida la posibilidad de un desplazamiento forzado e ilegal de palestinos hacia el territorio somalilandés, algo que rechazan de forma categórica por contravenir el Derecho Internacional.