La tensión entre Estados Unidos y Venezuela va in crescendo. El anuncio de la cancelación de vuelos con el país latinoamericano por parte de las aerólineas Iberia, TAP, Avianca y Gol tras la advertencia de riesgos en la región de la FAA (Administración Federal de Aviación norteamericana), supone un episodio más en la crisis entre ambos países.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe y el Pacífico latinoamericano y los bombardeos contra supuestas narcolanchas venezolanas en esas zonas ha sido interpretado por Caracas como un intento de “cambio de régimen”.
Nicolás Maduro considera que este despliegue es un intento para sacarlo del poder, por lo que ha ordenado, desde hace meses, a que el país se mantenga en alerta y realice ejercicios de preparación militar ante una eventual “agresión”.
“En el norte tratan de decir que hay un régimen, un dictador. Lo repiten, es un refrito. En inglés creo que se dice ‘refrites’”, afirmó el presidente venezolano en una transmisión emitida por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV). Maduro, que acaba de cumplir 63 años, advirtió que “hoy por hoy” Venezuela es “indestructible” frente a “amenazas y guerras psicológicas”.
Por su parte, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, cree que la actual situación es un momento de reafirmación interna. El jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) sostuvo durante una intervención este pasado fin de semana que la “unión cívico-militar-policial” de Venezuela se ha fortalecido frente al despliegue estadounidense y que el país ha demostrado mayor “firmeza y dignidad” ante lo que considera nuevas amenazas imperialistas.
Padrino insistió en que Venezuela ha tenido que escoger entre el sometimiento o la defensa de su identidad patriótica, y señaló que la respuesta popular ha sido “categórica” a favor de la independencia y la soberanía.
En ese marco, condenó las advertencias de Washington, que calificó como un riesgo para la estabilidad regional, y describió como “denigrante” la postura de Trinidad y Tobago por permitir el uso de su territorio a buques estadounidenses. Según su versión, esa colaboración ha tenido consecuencias graves para pescadores trinitenses, a los que aludió como víctimas de actuaciones que tachó de “ejecuciones extrajudiciales” bajo el pretexto de operaciones contra terrorismo y narcotráfico. El ministro exigió el fin de lo que considera mentiras e injurias y aseguró que Venezuela “no ha podido ni podrá regresar a ninguna forma de esclavitud”. También rechazó las maniobras militares de Estados Unidos, subrayando que “no tienen nada de inocentes”.
La tensión ha tenido también eco regional. El vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío alertó del “peligro” de una eventual agresión militar y terrorista de Estados Unidos para “derrocar con violencia” al Gobierno de Maduro. En sus palabras, sería un golpe contra “Nuestra América” y su camino de independencia. Cuba, aliada histórica del chavismo, ha cuestionado desde el inicio de esta crisis los argumentos de Washington y sostiene que no puede aceptarse “legal o moralmente” el uso de pretextos antidroga para justificar una eventual ofensiva.
En este mismo clima, el ministro de Exteriores venezolano Yván Gil compartió una carta del presidente cubano Miguel Díaz-Canel enviada a Maduro con motivo de su cumpleaños, en la que el líder cubano afirmó que Caracas “saldrá victoriosa” frente a lo que ambos gobiernos describen como “nuevas amenazas imperiales”.
Suspensión de vuelos
La escalada política y militar ha derivado en un impacto inmediato sobre la conectividad aérea. La FAA emitió un aviso internacional pidiendo “extremar la precaución” al sobrevolar Venezuela y el sur del Caribe ante “una situación potencialmente peligrosa en la región”. Tras ese aviso, varias aerolíneas anunciaron la suspensión de operaciones hacia el país.
Iberia (España), TAP (Portugal), Gol (Brasil) y Avianca (Colombia) informaron de la cancelación de vuelos. Iberia fue la primera en tomar la decisión y señaló que evaluará la situación para decidir cuándo retomar sus rutas. TAP canceló vuelos del sábado y otro programado para el martes siguiente; Gol dejó sin efecto los trayectos previstos para el fin de semana, y Avianca habló de “ajustes operacionales” y dijo mantenerse en revisión constante.
Por el contrario, la colombiana Wingo comunicó que mantiene sus operaciones, y la venezolana Avior aseguró que seguirá con normalidad sus vuelos nacionales e internacionales. A ellas se sumaron las compañías locales Laser y Estelar, que confirmaron también que operan sin cambios y difundieron canales de atención para clientes.