Kiev – Las cuatro centrales nucleares que tiene Ucrania han tomado protagonismo esta semana en los contactos entre Washington y Kiev para avanzar hacia el fin de la guerra, después de que la Casa Blanca explicara que el presidente, Donald Trump, se plantea la posibilidad de hacerse con la propiedad de esas plantas como medida para garantizar su protección de la amenaza rusa.
Aunque Washington no especificó de qué centrales se trataba, el uso del plural hace pensar que el presidente estadounidense se refería a las cuatro plantas nucleares que Ucrania tiene en su territorio.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aclaró poco después de la llamada en la que Trump habría planteado esa opción que ambos dirigentes habían hablado únicamente de la posibilidad de que EEUU se hiciera responsable, con inversiones, tecnología y personal especializado, de volver a hacer funcionar la mayor central ucraniana, situada en la región suroriental de Zaporiyia y ocupada por Rusia al comienzo de la guerra, si Kiev recupera en las negociaciones el control sobre esa infraestructura.
En corto
Kursk
Culpabilidad mutua. Las autoridades de Rusia y Ucrania se responsabilizaron mutuamente este viernes de la destrucción de una estación de gas situada en la ciudad de Sudzha, en la región de Kursk. Por un lado, el Comité de Investigación de Rusia sostiene que militares ucranianos accedieron el jueves a la planta para llevar a cabo una explosión deliberada. Por su parte, las Fuerzas Armadas de Ucrania respondieron a estas acusaciones enmarcándolas en una “campaña de descrédito” contra Kiev. Según la versión ucraniana, “la mencionada estación ha sido atacada en varias ocasiones por los propios rusos”.
Ataques aéreos
Zaporiyia y odesa. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó los ataques aéreos rusos ocurridos en la noche del jueves al viernes, en los que varias personas resultaron heridas y que causaron daños en zonas residenciales de las regiones de Odesa (sur) y Zaporiyia (sureste). En la región de Odesa resultaron heridos tres niños debido al lanzamiento de drones rusos. Y en Zaporiyia, seis personas fueron heridas debido al lanzamiento de bombas aéreas que provocaron desperfectos en varias viviendas y vehículos.
900.000
bajas en combate. El Ejército de Ucrania aseguró este viernes que las Fuerzas Armadas de Rusia han sufrido más de 900.000 bajas en combate desde el inicio de la invasión, entre muertos y heridos, incluidas 1.330 durante el último día, con los combates centrados en el este de Ucrania y en la región rusa de Kursk. Recalcó que ha perdido además 10.394 carros de combate, 21.589 vehículos blindados, 24.848 sistemas de artillería, 1.111 sistemas antiaéreos, 370 aviones, 331 helicópteros, 30.080 drones, 28 buques, un submarino y diverso material militar.
Abriéndose a la opción de ofrecer ventajas económicas a EEUU de la futura explotación de la central, que es la más grande de Europa y un pilar clave del sistema energético ucraniano, Zelenski busca maximizar las probabilidades de recuperar tanto la infraestructura como la mayor parte posible del territorio adyacente, para lo que necesitará de la presión que Trump pueda ejercer sobre Putin al negociar.
En este sentido, Zelenski ha declarado que recuperar la planta no sería suficiente para garantizar su correcto funcionamiento y su rentabilidad, que precisaría, según dijo, del suministro de agua y las infraestructuras asociadas adecuadas.
El presidente ucraniano también ha descartado negociar la transferencia de la propiedad de alguna de sus centrales atómicas a EEUU, como, según la Casa Blanca, plantea Trump.
Factor de riesgo elevado
Dotada de seis reactores y una potencia total de 6.000 MW, la central de Zaporiyia era antes de ser desconectada por los rusos la principal proveedora de electricidad en Ucrania con una generación de entre 40.000 y 42.000 millones de kWh de electricidad, lo que representaba una quinta parte de la producción anual del país y la mitad de toda la producción de las cuatro centrales nucleares ucranianas.
La ocupación rusa de la central de Zaporiyia la puso hace ya más de tres años en las cercanías de la zona de combate. Ambos bandos se han acusado mutuamente de ponerla en peligro atacándola, haciendo volar drones por encima de la infraestructura o almacenando, según afirma la parte ucraniana sobre el uso que Rusia hace de la infraestructura, equipamiento militar en su interior.
Uno de los momentos de más peligro para la central se produjo en junio de 2023 con la voladura de la presa de Kajovka, que estaba bajo control ruso y alimentaba con agua a la central de Zaporiyia.
Además de Zaporiyia, Ucrania cuenta con otras tres centrales nucleares situadas en el noroeste, el oeste y el sur del país que siguen bajo control del Gobierno de Kiev y han evitado el colapso del sistema eléctrico ucraniano ante los repetidos ataques rusos contra sus centrales eléctricas no nucleares.