Rusia golpeó ayer 15 de los 24 óblasts de Ucrania con uno de los ataques de misiles y drones más masivos y prolongados desde el inicio de la guerra y en el que mató a cuatro personas en otras tantas regiones del país, además de causar decenas de heridos y provocar daños en diversas infraestructuras eléctricas.

Ataque a infraestructuras civiles

Según dijo el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en un vídeo dirigido a la nación, Rusia utilizó en el ataque alrededor de un centenar de drones kamikaze iraníes Shahed y un número similar de misiles de distintos tipos. Zelenski acusó a Rusia de atacar infraestructuras civiles, y pidió una vez más a sus aliados occidentales que respondan con “determinación” a esta acción del Kremlin.

El jefe del Estado insistió en la necesidad de que sus socios le permitan hacer uso de los misiles de largo alcance que le envían para poder golpear objetivos militares en todo el territorio de la Federación de Rusia y no sólo en ciertas zonas fronterizas como ocurre ahora.

Ataque por oleadas

El principal objetivo del ataque, que fue lanzado en varias oleadas distintas que se extendieron en un plazo de cerca de doce horas, fue una vez más el sistema energético.

El Ministerio de Defensa ruso dijo que el ataque buscaba golpear “instalaciones críticas de infraestructura energética que garantizan el funcionamiento del complejo militar-industrial de Ucrania”.

Según las autoridades ucranianas, misiles o drones rusos alcanzaron infraestructuras eléctricas en las regiones de Kiev (norte), Leópolis (oeste) y Zaporiyia (sureste). Al norte de la capital fue alcanzada la presa de una central hidroeléctrica. Un vídeo publicado en redes sociales muestra, según los usuarios que lo compartieron, una explosión en el momento del impacto contra la infraestructura, que no sufrió daños mayores.