El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reveló ayer al fin su plan para el día después de la guerra en Gaza, cuyos principales puntos son la desmilitarización de la Franja, que su seguridad dependa de Israel y donde la UNRWA no tenga cabida. El plan fue inmediatamente rechazado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que sostiene que solo busca “perpetuar la ocupación israelí”.

En un documento, Netanyahu recordó los objetivos a corto plazo: destruir las capacidades militares y la infraestructura gubernamental tanto de Hamás como de la Yihad Islámica, liberar a los rehenes e impedir que Gaza vuelva a ser una amenaza. A medio plazo, el mandatario anunció una Franja en la que Israel mantenga la libertad de operaciones militares “sin límite de tiempo”, con un perímetro de seguridad en la divisoria y el control israelí de la frontera entre Gaza y Egipto para evitar la reaparición de “elementos terroristas en la Franja de Gaza”. “La Valla Sur funcionará, en la medida de lo posible, en cooperación con Egipto y con la asistencia de EEUU, y se basará en medidas para impedir el contrabando procedente de Egipto, tanto subterráneo como aéreo, incluido el cruce de Rafah”, detalla el documento.

También, Israel dice que mantendrá el control de seguridad sobre Cisjordania y Gaza, mientras que en el enclave “habrá una desmilitarización completa”, mas allá de lo necesario para mantener el orden público. Respecto a la administración civil y el orden público, estarían reguladas por funcionarios locales con experiencia administrativa alejados de “países o entidades que apoyen el terrorismo y no recibirán pago de ellos”, dice el documento, que anuncia un “programa integral” de lo que llama desradicalización de las instituciones religiosas y educativas en el enclave, con la ayuda de otros países árabes.

Rechazo palestino

La Presidencia palestina, liderada por Mahmud Abás, respondió que no aceptarán una Franja de Gaza que no forme parte de un Estado palestino “independiente con Jerusalén como su capital”, dijo Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino Abás. “Cualquier plan contrario está destinado al fracaso”, se advierte en su comunicado, en el que se denuncia que el plan de Netanyahu pretende “perpetuar la ocupación israelí” de los territorios e “impedir el establecimiento de un Estado palestino” lo que, dijo, solo traerá nueva violencia e inestabilidad a la región.

Por su parte, Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, principal socio de Israel, reiteró que su país no quiere ver una reocupación israelí de la Franja de Gaza ni una reducción de su territorio, después de que Israel haya propuesto controlar la seguridad del enclave palestino.

El jefe de la diplomacia estadounidense reconoció desde Buenos Aires que no ha visto los “detalles” del plan del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y dijo que prefiere guardarse su opinión. No obstante, recordó que la postura de Estados Unidos es desde hace meses que Gaza deje de ser “una plataforma para el terrorismo”, e insistió en que no “debe haber una reocupación” israelí del enclave ni debe reducirse su territorio. El exoficial israelí de inteligencia y experto en asuntos árabes Avi Melamed aseguró que la única forma de avanzar en el proceso es dentro de un marco regional con la intervención de los principales actores árabes, para facilitar que los israelíes se sienten “realmente a la mesa”. Según Melamed con la “reducción” y “limitación” del papel de Hamás, el grupo islamista no podrá seguir dictando su agenda política. “Creo que en tales condiciones y circunstancias hay espacio para este avance regional y que el conflicto proporciona un andamiaje para que israelíes y palestinos avancen en un proceso muy gradual”, dijo.

Paralelamente al anuncio del nuevo plan, el colono y ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, anunció la construcción de más de 3.300 nuevas viviendas en tres asentamientos de Cisjordania, tras al tiroteo mortal del jueves.