El lanzamiento de prueba de un misil Trident, con capacidad para portar ojivas nucleares, desde un submarino de la Marina Real británica (Royal Navy) ha fracasado por segunda vez consecutiva, informaron este miércoles los medios británicos.

En presencia del ministro de Defensa, Grant Shapps, el misil disparado desde el submarino nuclear HMS Vanguard no alcanzó su destino en medio del Atlántico y cayó a apenas unos metros de su lugar de lanzamiento, según desveló en exclusiva el diario 'The Sun'.

Se trata del segundo lanzamiento fallido de un misil de estas características después de un anterior fracaso en 2016.

El Ministerio de Defensa confirmó que tuvo lugar "una anomalía" en la prueba, realizada el pasado 30 de enero cerca de las costas de Florida (EE.UU.), aunque reiteró que la capacidad nuclear del Reino Unido sigue siendo "efectiva".

Según 'The Sun', los propulsores de la primera fase no se encendieron y el misil, de unas 58 toneladas y equipado con ojivas simuladas, se hundió en el océano.

La Royal Navy ha ordenado una investigación de las causas del fiasco, así como una operación para recuperar del fondo marino un arma equipada con tecnología de alto secreto.

Estaba previsto que el misil volase varios miles de kilómetros antes de caer sin producir daños en algún lugar del Atlántico entre Brasil y África Occidental.

El fracaso ha despertado las críticas de la oposición en el Reino Unido y ha sembrado las dudas sobre el programa nuclear del país, tras malograr un misil cuyo coste se sitúa en torno a los 17 millones de libras (20 millones de euros).

El portavoz laborista de Defensa, John Healey, aseguró que las informaciones sobre el fiasco del Trident son "preocupantes", e instó a Shapps a dar garantías de que la efectividad de la disuasión nuclear británica sigue siendo efectiva.

Al mismo tiempo, reiteró el apoyo de la principal formación opositora -y gran favorita a alcanzar el poder en las elecciones generales previstas para este año- al programa nuclear británico.