La Asamblea General de Naciones Unidas ha reclamado un año más el fin del embargo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos sobre Cuba por abrumadora mayoría, con los únicos votos en contra de la delegación estadounidense y de la israelí, y una abstención, la de Ucrania.

Cuba eleva desde 1992 al órgano de la ONU su reivindicación del fin del "bloqueo", con vistas a hacer ver que la mayor parte de la comunidad internacional está de su parte. Se trata en cualquier caso de un gesto simbólico, puesto que el texto en sí no es vinculante, lo que ha llevado al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a acusar a Washington de "ignorar" reiteradamente este tipo de condenas.

Díaz-Canel ha celebrado esta "nueva victoria" política, que considera un "reconocimiento y apoyo" al "heroísmo" y la "resistencia" de Cuba. Respalda "el triunfo de la dignidad y la valentía de nuestro pueblo", ha enfatizado en redes sociales.

También el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, ha enfatizado tras la votación que se trata de una "gran victoria del pueblo cubano en su incesante lucha y justo reclamo de vivir mejor sin bloqueo". Así, ha señalado que el 'sí' de 187 países a su iniciativa evidencia "el completo aislamiento" de Estados Unidos en una política "ilegal, abusiva y moralmente insostenible".

El Gobierno de Cuba estima que entre marzo de 2022 y febrero de 2023 las medidas de control estadounidense provocaron daños por valor de 4.867 millones de dólares (unos 4.580 millones de euros), hasta el punto de que La Habana estima que el PIB cubano podría haberse disparado un 9 por ciento sin el embargo.

Según las autoridades cubanas, el embargo ha supuesto en pérdidas cerca de 160.000 millones de dólares (más de 150.000 millones de euros) desde su entrada en vigor en 1958.