La ONU pidió este martes el fin de las expulsiones de migrantes, refugiados y demandantes de asilo desde Túnez a las vecinas Argelia y Libia, donde cientos de personas han quedado a su suerte en condiciones extremas de calor y falta de agua.

El portavoz Farhan Haq dijo a los periodistas que la Secretaría General de Naciones Unidas está profundamente preocupada y quiere "el fin inmediato de estas expulsiones" y la "reubicación urgente de aquellos abandonados a lo largo de la frontera a lugares seguros, donde puedan ser protegidos y tener acceso adecuado a agua, comida, cobijo y atención médica".

"Reiteramos que todos los migrantes, refugiados y demandantes de asilo deben ser protegidos y tratados con dignidad", señaló Haq, que recordó que esos principios están recogidos en las leyes internacionales de derechos humanos y de personas refugiadas.

Varias organizaciones humanitarias denunciaron la semana pasada que cientos de migrantes subsaharianos, incluidos menores y mujeres embarazadas, continúan bloqueados en la frontera entre Túnez y Libia después de que las autoridades tunecinas expulsaran a principios de julio a 1.200 de personas a esta zona.

El Gobierno tunecino ha negado esas informaciones sobre la expulsión forzada de migrantes y las ha calificado de "calumnias" para dañar la imagen del país.

El pasado 16 de julio la Comisión Europea y Túnez firmaron un acuerdo para reforzar sus fronteras a cambio de importantes inversiones financieras, incluido un paquete de 105 millones de euros para rescates y "retornos voluntarios", un modelo que aspira a exportar a otros países de la región como Marruecos y Egipto.