Rusia bombardeó ayer con misiles las terminales de grano ucraniano tras abandonar el acuerdo para la exportación de cereal por el Mar Negro, auspiciado por Turquía y la ONU, mientras el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, agudizó aún más su aislamiento y no acudirá en agosto a la cumbre del foro BRICS en Sudáfrica por miedo a ser arrestado por crímenes de guerra.

En concreto, el ataque ruso contra la región de Odesa, en el que también participaron drones, destruyó 60.000 toneladas de cereal en el puerto de Chornomorsk, según Mykola Solskyi, ministro de Política Agrícola y Alimentación de Ucrania.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa ruso advirtió de que, una vez suspendida su participación en el acuerdo para el tránsito marítimo del cereal, desde hoy considerará potenciales objetivos a todos los barcos que se dirijan a puertos ucranianos como “posibles portadores de cargamento militar”.

Grano destruido

Solskyi explicó que el cargamento de grano atacado estaba a la espera de ser estibado en un barco de gran tonelaje, que debía haber zarpado hace ya 60 días.

“Este es un acto terrorista, no contra Ucrania, sino contra el mundo entero. Su seguridad alimentaria está nuevamente en peligro. La humanidad es rehén de un país terrorista que chantajea a toda la humanidad”, dijo. El ministro alertó de que la destrucción de los silos provocará un aumento del coste del grano y también del precio de alimentos como la harina y la carne.

Represalia por Crimea

Aunque los partes de guerra del Ministerio de Defensa ruso no mencionan ningún ataque contra terminales de grano, los bombardeos son también una represalia por la explosión ocurrida el lunes en el puente de Crimea, la segunda desde el inicio de la guerra.

El presidente ruso, Vladímir Putin, responsabilizó a Ucrania de la explosión, en la que murieron un matrimonio y su hija resultó gravemente herida, y advirtió que “Rusia responderá sin falta”.

Kiev no se arredró y, en un intento de aislar a la anexionada por Rusia península ucraniana, un campamento de entrenamiento crimeo fue escenario el miércoles de otro ataque, que provocó numerosas detonaciones, supuestamente de munición.

Tras condenar el ataque del que llamó “Estado terrorista” contra el grano ucraniano, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, abogó por que los países occidentales incrementen el suministro a Kiev de sistemas de defensa antiaérea.

Admitió haber recibido en su momento dos baterías europeas SAMP-T, cuya efectividad alabó abiertamente, pero las consideró insuficientes.

“Y también los sistemas (estadounidenses) Patriot. Ustedes saben bien quién nos entregó estos sistemas. Pero todo esto no es suficiente por el momento para proteger nuestras propias infraestructuras”, señaló.

Wagner se marcha a África

Mientras tanto, el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, dio ayer la bienvenida a los que se han trasladado a Bielorrusia y les aseguró que después los paramilitares irán a África.

“Se ha tomado la decisión de que estemos aquí, en Bielorrusia, un tiempo”, señaló en un vídeo en el que aseguró que los wagneritas convertirán el Ejército bielorruso en el “segundo del mundo”.