El secretario de Estado de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, aseguró ayer en Bagdad que sus tropas continuarán en el país a petición del Gobierno iraquí, pese a que el Parlamento de Irak ha pedido su retirada, en un viaje sorpresa que realizó a pocos días de que se cumplan 20 años de la invasión de EEUU al país árabe. “Las tropas de EEUU permanecerán aquí a petición del Gobierno iraquí, pero estas tropas ofrecerán apoyo y asesoramiento”, afirmó en una rueda de prensa en Bagdad. Austin, el cargo de mayor rango de la administración de Joe Biden que visita Irak, quiso agradecer al primer ministro, Mohamed Shia al Sudani, y al ministro de Defensa, Thabet al Abasi, por “su compromiso para garantizar que las fuerzas de la coalición en Irak sigan a petición del Gobierno”.

El objetivo de este viaje a Irak, que se enmarca en la gira de Oriente Medio que comenzó hace dos días en Jordania, es el de reafirmar la asociación estratégica entre ambos países para que Irak sea una nación “más segura, estable y soberana”.

“Seguiremos trabajando con nuestros socios iraquíes para una vida mejor para el pueblo iraquí y me siento muy optimista respecto esta relación iraquí-estadounidense (...) EEUU seguirá ampliando esa asociación para apoyar la seguridad, la estabilidad y la soberanía de Irak”, aseveró.

La misión en la que están centrados es la de “acabar” con el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y ese es el único objetivo, aclaró. Estados Unidos lidera una coalición antiyihadista que se creó para derrotar al EI, que autoproclamó un “califato” en el verano de 2014 y se expandió rápidamente e incluso llegó a las puertas de Bagdad.

Aunque la organización yihadista fue derrotada territorialmente hace seis años, en 2017, sus remanentes todavía siguen llevando a cabo ataques, sobre todo contra las fuerzas de seguridad iraquíes y particularmente en la frontera con Siria y el norte y centro del país.