El ejército surcoreano envió ayer drones a Corea del Norte para que tomaran imágenes de instalaciones militares después de detectar la infiltración en su territorio de cinco drones procedentes presuntamente del régimen de Pionyang. Las supuestas cinco aeronaves norcoreanas no tripuladas fueron detectadas en la provincia de Gyeonggi y una de ellas incluso sobrevoló el norte de Seúl, según informó el Estado Mayor Conjunto (JCS). La detección de los drones, de unos dos metros o menos de ancho, obligó a desplegar aviones y helicópteros de combate intentar para derribarlos, sin éxito.

Uno de los helicópteros realizó más de 100 disparos sobre uno de los drones, según el JCS, que pidió suspender además el tráfico aéreo durante una hora en los dos aeropuertos internacionales que dan servicio a Seúl, Gimpo e Incheon.

En respuesta, “el ejército de la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) envió aeronaves de reconocimiento tripuladas y no tripuladas a áreas cercanas a la Línea de Demarcación Militar (la divisoria entre los dos países) y al norte de la misma”, añadió el JCS. Estas aeronaves “realizaron distintas operaciones, algunas de reconocimiento, lo que consistió, por ejemplo, en fotografiar instalaciones militares enemigas clave”, detalla el texto. El uso de drones por parte de Corea del Norte preocupa en el Sur, donde se han descubierto varios de ellos en 2014 y 2017.

Uno de ellos logró fotografiar en 2017 las instalaciones que albergan el sistema antimisiles THAAD en Seongju, unos 220 kilómetros al sureste de Seúl. Se cree que el régimen norcoreano posee en torno a un millar de drones, algunos desarrollados a partir de sistemas chinos.

El envío de drones a un lado y otro de la frontera contribuye a aumentar la tensión en la península coreana, donde este año Pionyang ha realizado un número récord de pruebas de armas y Seúl y Washington han respondido con grandes maniobras militares y el despliegue de activos estratégicos.