La comisión especial de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 aprobó ayer por unanimidad solicitar la imputación del expresidente Donald Trump por tres delitos: incitar o ayudar a una insurrección, obstrucción de un procedimiento oficial del Congreso, conspiración para engañar al Estado y conspiración para dar falso testimonio. La comisión votó en una sesión pública final sobre la presentación de cargos penales basándose en una larga investigación. Sin embargo, el informe final de la comisión no será publicado hasta mañana.

La comisión está formada por ocho miembros de la Cámara de Representantes –seis de ellos demócratas– e investiga el asalto al Capitolio por parte de partidarios de Trump durante la confirmación protocolaria de la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020.

La petición se trasladará ahora al Departamento de Justicia, que investiga también a Trump en paralelo por su implicación en esos incidentes, que se saldaron con la muerte de cinco personas. Cuatro más se suicidaron tras los hechos.

La aprobación de esta recomendación no tiene efectos judiciales concretos, pero supone un hito histórico porque es la primera vez que el Congreso solicita imputar a un expresidente.

La gran mentira

En su última sesión, el comité desmanteló de nuevo “la gran mentira” de Trump y subrayó su intento por seguir en el poder pese a las pruebas presentadas en su contra. Esa “gran mentira”, según la legisladora demócrata Zoe Lofgren, engloba su “enorme esfuerzo para difundir acusaciones sin fundamento y desinformación en un intento de convencer falsamente a decenas de millones de estadounidenses de que les habían robado las elecciones”.

“La fe en el sistema es la base de la democracia estadounidense. Si se rompe la fe, también lo hace nuestra democracia. Trump rompió esa fe. Perdió las elecciones de 2020 y lo sabía, pero prefirió intentar quedarse en el poder y bloquear el traspaso a través de un plan para anular los resultados”, dijo ayer el presidente del comité, el demócrata Bennie Thompson.

En la sala, llena, se proyectaron escenas de lo sucedido y un resumen con algunos testimonios interrogados, como el del ex fiscal general William Barr, el exabogado de Trump Rudy Giuliani y otras personas de su entorno, para reflejar que el entonces presidente sabía que había perdido los comicios y que presionó al vicepresidente, Mike Pence, con el objetivo de darle la vuelta al escrutinio.

“Su decisión de declarar su victoria la noche de las elecciones no fue improvisada, sino premeditada”, añadió la congresista demócrata Zoe Lofgren.

La de ayer fue la décima y última audiencia del comité. Ha entrevistado a más de 1.000 personas implicadas de forma directa o indirecta en la insurrección y dejó demostrado en sesiones anteriores que Trump decidió no frenar de forma inmediata el ataque porque le convenía.