Los partidos norirlandeses fracasaron ayer en su último intento por restaurar el Gobierno de poder compartido entre nacionalistas y unionistas por sus diferencias sobre el protocolo del brexit, lo que deja a la provincia británica a las puertas de unas elecciones anticipadas.

El probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), segunda fuerza, cumplió con su palabra y rechazó entrar en un Ejecutivo autónomo con el republicano Sinn Féin, ganador, por primera vez en su historia, de los comicios celebrados el pasado mes de mayo.

Los partidos esperan ahora un anuncio del ministro británico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, quien había advertido de que si no había acuerdo para la medianoche de ayer se vería obligado a convocar una cita con las urnas, que según las previsiones, podría celebrarse el próximo 15 de diciembre.

“Aún hay tiempo” para evitarlo, señaló ayer el nuevo jefe del Gobierno de Londres, Rishi Sunak, poco antes de que la Asamblea de Belfast volviera a reunirse por cuarta vez para elegir, primero, al presidente de la cámara y, después, al Ejecutivo autónomo, que permanece suspendido desde el pasado febrero.

Veto unionista

No obstante, el veto de los unionistas impidió la elección del presidente y automáticamente suspendió la presentación de candidatos a los puestos de ministro y viceministro principal, que le corresponden al Sinn Féin y el DUP, respectivamente, de acuerdo con los resultados de las elecciones de mayo.

El líder del DUP, Jeffrey Donaldson, insistió en que su partido no cambiará su posición hasta que no “se elimine” el protocolo del brexit, un instrumento, dijo, que ha dañado “nuestra economía” y ha modificado el “estatus constitucional” de Irlanda del Norte dentro del Reino Unido “sin nuestro consentimiento”.

Donaldson reiteró que su partido “está listo” para las urnas, para unas elecciones que, sin embargo, “no cambiarán nada” mientras Bruselas y Londres no resuelvan en sus negociaciones la cuestión del protocolo, aportó Doug Beattie, líder del Partido Unionista del Ulster (UUP, cuarta formación regional).

También la tercera fuerza política, el Partido Alianza –liberal y no sectario– opinó que unos comicios “no resuelven la crisis, sino que la agudizan”, y sostuvo que Londres, en cambio, debe introducir una “legislación de emergencia” para suspender temporalmente las instituciones de gobierno norirlandesas, hasta que la Unión Europea y el Reino Unido lleguen a un acuerdo “en cuestión de semanas preferiblemente”.

Su líder, Naomi Long, recordó, asimismo, que es necesario reformar los acuerdos de paz del Viernes Santo (1998), a fin de evitar que los bloques unionista y nacionalista puedan ejercer su derecho a veto y provoquen parálisis como la actual.

Por su parte, la vicepresidenta del Sinn Féin, Michelle O’Neill, acusó a Donaldson y al DUP de “vivir en un enfrentamiento constante con la ciudadanía”, con “una mayoría a la que no representa”.

“Se presentó a las elecciones (de mayo) y ahora no da señales de vida. Esto es un desastre y un fracaso de liderazgo por su parte y la de su partido”, subrayó la líder republicana en la Asamblea norirlandesa y aspirante al puesto de ministra principal.

O’Neill también reprochó a Donaldson que sus acciones han dejado a la provincia a “merced” de un Gobierno británico “disfuncional y despiadado” al que “solo le importa su propia supervivencia”.