El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, avisó ayer de que el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN no es definitivo, en la medida en que el memorando suscrito esta semana es “solo es el principio” y Turquía se reserva el derecho a tomar medidas si los países nórdicos no cumplen sus “promesas”.

Turquía, Suecia y Finlandia firmaron el pasado martes un acuerdo que Erdogan considera un “triunfo diplomático”, en la medida en que compromete a la otra parte a resolver algunos de los recelos expresados por Ankara en relación a la lucha contra el terrorismo.

En particular, Ankara quería un mayor compromiso de sus potenciales socios en relación a grupos como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG). “Esperamos una clara solidaridad de nuestros aliados, no solo con palabras sino también con acciones”, aseguró en rueda de prensa al término de la cumbre de líderes de la OTAN.

Los diez puntos del memorando no incluyen compromisos claros, pero Erdogan ha llamado a distinguir entre lo que figura negro sobre blanco y los compromisos fijados en la reunión. Así, ha asegurado que Suecia se ha comprometido a extraditar a 73 “terroristas” a Turquía, sin entrar en más detalles sobre estos casos.

“Si no se mantienen las promesas, lo que hay en el contrato, actuaremos de forma acorde”, ha dicho Erdogan, que ha respondido con un tajante “por supuesto” a la posibilidad de que Turquía termine bloqueando la adhesión de Finlandia y Suecia durante el proceso de ratificación nacional.

Una vez firmado el protocolo de adhesión –previsto para el próximo martes en Bruselas– , no hay un calendario preciso para la plena incorporación de los dos países nórdicos, si bien el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, espera que sea “cuanto antes”.

Erdogan, sin embargo, recordó ayer que el último país en incorporarse a la Alianza, Macedonia del Norte, entró en 2020 y lo hizo tras unas dos décadas de espera.