- La Policía filipina elevó ayer a 375 los muertos debido al tifón Rai, que dejó un rastro de devastación a su paso entre el jueves y el sábado por la región central del país. Según el último informe, más de 500 personas resultaron heridas y 56 se encuentran desaparecidas debido al tifón, que ha dejado a cientos de miles de personas con problemas de acceso a electricidad, alimentos, y agua. La región con más víctimas mortales es la de Visayas central (170), seguida de Caraga (167) y Visayas Occidental (24).

El tifón, que tocó tierra el jueves con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, cruzó de este a oeste por nueve islas, donde causó graves daños en viviendas e infraestructuras. El chabolismo y la mala calidad de las edificios empeoran los embates de los tifones, cada vez más violentos por la crisis climática.

Ante las protestas de los afectados por la lentitud con la que llega la ayuda, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, pidió durante el fin de semana paciencia y prometió la ayuda a la región con una partida de 35 millones de euros. Duterte reconoció que el Gobierno tiene “enormes deudas” a causa de los costes de la respuesta a la pandemia de coronavirus y ha adelantado que habrá que esperar a los presupuestos de 2022 “para tener dinero para gastar” y paliar así los daños.

Según las autoridades, hay más de 442.000 personas desplazadas y cerca de un millón de afectados por el tifón. Rai provocó daños a 3.800 viviendas, al tiempo que dejó 227 localidades sin electricidad y causó deterioro en 41 carreteras afectadas y cuatro puentes.

Un promedio de 20 tifones azotan Filipinas cada año y el más destructivo fue Haiyan, el mayor de la historia reciente de Filipinas y que en noviembre de 2013 golpeó las islas de Samar y Leyte, lo que causó la muerte de unas 7.000 personas y dejó a 200.000 familias sin hogar.

Filipinas es uno de los países más vulnerables a la crisis climática debido a los desastres naturales y, además, se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona que acumula alrededor del 90% de la actividad sísmica y volcánica del planeta.