toronto - En Canadá y Quebec, que en dos ocasiones ha celebrado referendos independentistas, se espera con especial interés el resultado de la votación del próximo 18 de septiembre que decidirá el futuro de Escocia en el Reino Unido. Además, más del 10% de los 35 millones de canadienses se proclama de origen escocés y dos antiguos primeros ministros del país, incluido el primer jefe de Gobierno de Canadá, John Macdonald, nacieron en el territorio británico. En este contexto no es de extrañar que el referéndum escocés esté siendo seguido con especial interés en Canadá, con ambos lados de la discusión claramente definidos.
Por un lado, los soberanistas quebequeses han dejado claro su apoyo por la independencia de Escocia y que la victoria del sí en el referéndum será una inspiración para ellos. Por otro, los federalistas, encabezados por el Gobierno canadiense, han expresado su rotundo rechazo a la ruptura del Reino Unido. “Nosotros pensamos, desde una perspectiva canadiense, que un Reino Unido fuerte y unido es una fuerza abrumadoramente positiva en el mundo”, declaró el primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, cuando visitó Londres a principios de septiembre. “No hay nada en la división de estos países que sirva al interés global o sinceramente a los intereses de la gente en esos países”, añadió Harper.
La visión es muy distinta entre los soberanistas quebequeses.
Una delegación de la Société Sain-Jean-Baptiste de Montreal, la principal institución independentista de Quebec, encabezada por su presidente, Maxime Laporte, estará hoy en Escocia para ofrecer su “apoyo” a los independentistas escoceses. Y tres parlamentarios regionales del soberanista Partido Quebequés también han viajado a Escocia para expresar su apoyo por los independentistas y presenciar de primera mano “un momento histórico”.
promesas Otros independentistas, como el líder del pequeño Option Nationale (ON), Sol Zanetti, no han dudado en recurrir a YouTube para aconsejar, con ironía, a los escoceses a la vista de la experiencia de Quebec. Zanetti explica que, como en el caso de Escocia, Quebec recibió múltiples promesas de Ottawa a medida que la votación se acercaba y las encuestas apuntaban a una posible victoria independentista. “Se nos prometió tanto, especialmente justo antes del voto. Dinero, más poderes y, oh, cuántas veces nos dijeron que nos querían. Incluso hubo un desfile”, ironiza en referencia a la manifestación de federalistas poco antes de la votación. Según Zanetti, todo cambió tras la ajustada victoria federalista. “Perdimos nuestro poder de veto, los fondos para la sanidad no han mantenido las demandas, los fondos para educación están atascados en conflictos administrativos, se invierten elevadas sumas contra nuestros intereses estratégicos y nuestro dinero se gasta fuera”, señala. - J. C. Rivas