WASHINGTON. La Casa Blanca aseguró ayer que el anuncio de este jueves de que Estados Unidos proporcionará ayuda militar a los rebeldes sirios no significa que el país vaya a "precipitarse" a entrar en guerra en Siria, como muchos estadounidenses consideran que ocurrió en el caso de Irak en 2003. "Ya nos precipitamos al entrar en guerra en esta región en el pasado, no vamos a hacerlo esta vez", garantizó el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, en declaraciones a la cadena de televisión CBS.
"Tenemos que medir con mucha precisión qué va en nuestro interés, qué resultado es mejor para nosotros, y el precio que estamos dispuestos a pagar para llegar a ese punto", agregó el asesor jefe del presidente estadounidense, Barack Obama. Estados Unidos ha hecho "grandes esfuerzos" para "entender quién conforma la oposición" armada al régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, aseguró McDonough.
Este jueves la Casa Blanca anunció que certificó que el régimen de Al Asad empleó en varias ocasiones armas químicas en la batalla, por lo que Obama tomó la decisión de proporcionar por primera vez ayuda militar a los rebeldes, sin especificar los detalles. Varios legisladores republicanos criticaron ayer al Gobierno de Obama por considerar que ha esperado demasiado a actuar militarmente y ahora "toda la región está a punto de estallar", en palabras del senador republicano Lindsey Graham, que intervino en el programa matutino de la cadena NBC.
El gobierno de Damasco calificó ayer de "irresponsable" la decisión del presidente egipcio, Mohamed Mursi, de cortar las relaciones diplomáticas con Siria, lo que los rebeldes consideraron como un paso más en la presión internacional contra el régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad. "Mursi se ha unido a la conspiración liderada por EEUU e Israel contra Siria, tras los grandes logros del Ejército Árabe Sirio contra el terrorismo", afirmó una fuente oficial del régimen de Bachar al Asad, en un comunicado.
CIERRE DE LA EMBAJADA
La medida incluye el cierre de la embajada de Siria en la capital egipcia y la retirada del encargado de negocios egipcio de Damasco. El régimen de Al Asad "está completamente seguro" de que la decisión de Mursi no expresa la voluntad del pueblo egipcio, que tiene fuertes vínculos con el sirio.
El Reino Unido y Rusia "pueden superar sus diferencias" sobre el conflicto en Siria, según afirmo ayer el primer ministro británico, David Cameron, al término de una reunión en Londres con el presidente ruso, Vladímir Putin.
En una rueda de prensa en la residencia oficial de Downing Street, Cameron dijo que ambos mandatarios mantuvieron una "conversación constructiva" y que utilizarán la cumbre del Grupo de los Ocho (G8) de hoy para hablar de la crisis siria.