donostia. El libro está coordinado por usted y cuenta con otro autor vasco y dos cubanos. ¿Cómo surge la idea?
Todos nosotros habíamos escrito sobre este tema en varios ocasiones y queríamos unirlo. Además, queríamos centrarlo en el siglo XIX, y uno de los acontecimientos históricos más interesantes de Cuba sucede entre e 1868 y 1898, que son las guerras de independencia. Sobre todo la del 68-78 y la del 95-98. Sobre esas guerras de independencia hay mucho escrito, pero no sobre qué papel jugaron los vascos. El libro tiene dos vertientes; por un lado, los vascos que vivían allí, vascos emigrados y sus descendientes, cómo reaccionan ante los acontecimientos que se dan en la isla; y luego qué reacciones hubo en el País Vasco.
¿Y cuál fue la postura que tomaron los vascos?
Tanto en la isla como aquí, se dan reacciones para todos los gustos. Entre los vascos en Cuba hay las tres posturas: la más mayoritaria, la de la gente más pudiente con más intereses económicos, era que Cuba siguiese siendo española, sobre todo, entre la gente que tiene las centrales azucareras, los ingenios, que gran parte de ellos eran de vascos. Hay muchísimos ingenios en el siglo XIX que tienen nombres vascos, se llaman Portugalete, Algorta, Urumea, Gipuzkoa, Araba, Lekeitio. Hay otra gente, sobre todo los hijos y nietos de vascos, que son independentistas. Ahí citamos numerosos cargos militares del Ejército libertador de los insurgentes y cargos políticos que tienen apellidos vascos. Y hay una tercera posición, la anexionista; es decir, la que quería que Cuba se independizase de España para anexionarse al vecino del norte. Esta postura es muy minoritaria, pero en ella también encontramos vascos, por ejemplo los Aldama, que eran de la oligarquía azucarera. Encontramos a los vascos en las tres posiciones.
Pero la mayoría quería que Cuba dependiera de España...
Sí. Por ejemplo, el capitán general era la máxima figura política y militar que había en aquella época en la isla, era el gobernador que nombraba Madrid. Del 68 al 98 hay tres capitanes generales vascos. Uno de ellos además, Blas de Villate, conde de Valmaseda, era bastante temido. La población cubana partidaria de la independencia, cuando llegaban sus tropas, decía Ahí llega la creciente de Valmaseda.
¿Cuál fue la reacción en el País Vasco ante este acontecimiento?
Aquí había dos posiciones, los que eran más favorables a que Cuba se independizara eran el socialismo y el nacionalismo vasco, que estaban naciendo. La época de Sabino Arana coincidió con la guerra del 95 al 98. El socialismo estaba a favor de la independencia por el tema social y porque había un gran rechazo a que los jóvenes que servían en el Ejército fueran a luchar a la isla. En el caso de Sabino Arana, él fue anticolonialista y antiimperialista. Lo que no llega a tener es una actividad práctica de apoyo. Hubo un rumor por Bilbao de que había un grupo de jóvenes nacionalistas que habían tomado contacto con los insurrectos y que querían ir a la isla a combatir en contra el Ejército español. Entonces, Sabino Arana hizo un artículo mostrando su desacuerdo, porque decía que esos jóvenes eran más útiles aquí, en su patria, que es Euskadi.
Y luego está el telegrama de 1902.
Cuba consiguió la independencia de España en 1898, pero Estados Unidos controló la isla hasta 1902. En el telegrama, Sabino Arana felicita a EEUU por haber concedido la independencia a Cuba. El otro punto curioso del nacionalismo vasco es cuando Sabino Arana funda el Euzkeldun Batzokija. Entonces, se publica una orla con todos los miembros de la junta directiva. Entre ellos hay un hombre, Ramón de Mentxaka, que está vestido de insurrecto cubano, con un gorro de paja, traje de mambí, con la bandera de la estrella solitaria que se llamaba antes a la bandera cubana y con un fusil. El incipiente nacionalismo vasco es anticolonialista, pero el resto de la sociedad, los grandes empresarios que tenían intereses en Cuba, las diputaciones forales, es partidaria de que Cuba siga siendo española. Las diputaciones crearon un cuerpo de voluntarios, el tercio de voluntarios o legión vasca, de los tres territorios históricos, para apoyar al Ejército español. En el Ejército también hay oficiales y suboficiales que son vascos, y luego también está una especie de cuerpo paramilitar, conocido como los txapelgorris, que sirve de apoyo al Ejército español.
¿Qué peso tuvieron los vascos en el siglo XIX en Cuba?
Económicamente fue más importante el XVIII. Hay algunos historiadores cubanos que dicen que el siglo XVIII fue el siglo vasco y el XIX, el siglo catalán. Los intereses económicos principales en aquella época eran el azúcar y algunas empresas nuevas que luego se van a convertir en famosas, como Havana Club, creada por un emigrante de Gordexola, José Arechabala.
¿Por dónde pasan actualmente las relaciones entre Cuba y Euskadi?
Las relaciones empiezan desde el primer viaje de Cristóbal Colón, que ya ahí hay marinos vascos. Hoy en día, hay relaciones institucionales políticas, aunque quizá con Patxi López se han enfriado un poco. Pero con gobiernos anteriores hubo mucha relación, Ardanza estuvo en La Habana, e Ibarretxe también.