Los largos trayectos, las cargas extra y las altas temperaturas a los que se ven sometidos los vehículos a lo largo del verano pueden ser motivo suficiente para someter al coche a una revisión exhaustiva al terminar la temporada estival. Todo ello ha podido afectar a sistemas y componentes de nuestro vehículo de los que depende nuestra seguridad.

Por ello, un adecuado mantenimiento nos permitirá evitar averías en el invierno así como posibles percances originados por un mal estado del automóvil. Son principalmente cinco las partes del coche que se recomiendan revisar. Estas son:

  • Neumáticos. Tras las vacaciones es fundamental revisar la presión de las ruedas, pues después de un viaje largo podemos encontrar desgastes en la banda de rodadura, deformaciones o grietas. Además, con el calor y las cargas excesivas la presión puede descender. Si la banda de rodadura es inferior a 3mm significa que hay que cambiarla.
  • Frenos. Con el calor y los frenazos se pueden desgastar las pastillas y los discos. Además, las pastillas de los frenos pueden sufrir un desgaste prematuro con el calor y el nivel del líquido puede reducirse después de largos trayectos. El buen funcionamiento de todo el sistema de frenado es esencial para prevenir accidentes.
  • Limpiaparabrisas. El intenso calor es uno de los mayores enemigos del limpiaparabrisas, ya que la goma se cuartea al secarse con la altas temperaturas y, por ello, no limpia bien toda la superficie, lo que impide que se vea con claridad la carretera.
  • Luces. En septiembre ya hay menos luz, por lo que hay que revisar que las luces tengan buena luminosidad, que los faros no presenten ningún rasguño o daño que impida ver bien en la autopista, sobre todo cuando hay poca luz. Debemos revisar que todas las luces, delanteras, traseras, intermitentes, de frenos y de estacionamiento, funcionen correctamente.
  • Líquidos. Debido a las altas temperaturas, los niveles de líquidos pueden descender. Por ello, se recomienda revisar el estado y cantidad de los líquidos refrigerantes, de frenos y lubricantes.

Una limpieza profunda de la carrocería y de la tapicería, reparar posibles deterioros en el interior del vehículo, comprobar el estado de los filtros así como el buen estado de la batería completarán una buena puesta a punto del vehículo de cara a la llegada del frío.

Se recomienda revisar el coche al acabar el verano y el invierno. Freepik