Cada español de media tira a la basura entre 20 y 30 kilos de ropa usada al año. Esto es debido a las compras excesivas y la gran oferta de prendas a precios muy bajos que ofrecen las grandes empresas, lo que provoca que las personas prefieran comprar varios productos baratos, en lugar de comprar prendas o artículos más caros y de marcas con un valor más alto.

La industria textil y sus prendas son muy contaminante y llegan a derrochar millones de litros de agua en la fabricación de los productos, además de contaminar los océanos con microplásticos. Otro de los problemas de esta industria es la explotación de personas y especialmente de niños. Las grandes empresas trasladan a países en vías de desarrollo su producción porque se les permite que sus trabajadores estén en pésimas condiciones laborales, ya que la mano de obra es muy barata en determinados países como China, Pakistán o Bangladesh.

Montón de ropa usada. Freepik

La alternativa a la denominada fast fashion, es darle una segunda vida a aquella ropa que todavía se puede utilizar. Hace unos años, parecía que utilizar la ropa de segunda mano era algo más bien “cutre”, pero actualmente esta ropa, también denominada vintage o retro está de plena moda. Además de reutilizar productos ya usados y darles una nueva vida, las prendas tienen un valor diferente ya que pueden ser artículos de una gran calidad y pueden ser únicos. Pero lo mejor de todo, es que se pueden adquirir prendas por muy poco dinero.

Hay multitud de formas de adquirir prendas de segunda mano. Por un lado, existe la posibilidad de descargar aplicaciones como Vinted, Wallapop, Itcloset, Vibbo. Este tipo de apps se basan principalmente en la compraventa de ropa, en la que cada usuario puede exponer los productos que quiere y al precio que estime, además de poder comprar. Por otra parte, el consumidor es el encargado de abonar el coste del envío. Dichas aplicaciones suelen contar con seguros por si hubiese algún problema con alguna prenda o con el envío.

Tiendas como Zara ya están entrando en el mundo de la segunda mano y han creado su propia página web para que los usuarios compren y vendan productos de segunda mano de la propia tienda.

Otra de las opciones es acudir a tiendas físicas de segunda mano, esta alternativa es la preferida de muchos consumidores debido a que pueden ver y tocar el producto en persona. Entre las opciones de adquirir ropa vintage se pueden diferenciar dos tipos, la primera de ellas, en la que la ropa es más barata, como los mercadillos, rastros o en tiendas como Humana, una de las más conocidas del país. Esta empresa cuenta alrededor de 40 tiendas por todo el país y es una de las más conocidas, en la que se pueden adquirir productos de segunda mano desde precios muy bajos.

Además, existen opciones para adquirir prendas de una mayor calidad y de marcas más conocidas como es el caso de Vinokilo. Esta empresa se dedica a realizar eventos en diferentes países del mundo, exponiendo todo tipo de prendas de segunda mano. Lo que hace diferente a esta empresa es que vende por kilos, concretamente a 35€ el kilo.

Este tipo de consumo comenzó en los años de crisis, como forma de adquirir ropa de una forma mucho más económica y hoy en día se ha convertido en todo un reclamo para los amantes de la moda, pero también para todos aquellos que piensan en el planeta.