Ayer, al volver del curro, no había Internet en casa. Esta mañana, tampoco. Ni al mediodía. Ni por la tarde. Al entrar en la web y en la app de la compañía, ni palabra. Así que piensas, claro, que el fallo es tuyo. Pero contactar con el servicio telefónico es un proceso imposible, lo sabes de otras veces. Así que al final ves que tienen un servicio de Whatsapp y pruebas por ahí. “¡En breve tendrás respuesta! He pasado tu consulta a uno de nuestros agentes especializados y te responderá en esta misma conversación en un plazo máximo de 10 minutos. Si tuviéramos un alto volumen de consultas podríamos tardar un poco más pero no te preocupes que te respondemos en esta misma conversación. Gracias por tu espera y confianza!”, es la bonita respuesta. Al final, hay más de espera que de confianza, y hasta dos horas y media después no responde el agente especializado. Tras su saludo, y petición de datos, tarda otros trece minutos en responder. Y a cada frase, el mismo proceder: silencio, respuesta genérica, silencio, respuesta genérica... tengo la sensación de hablar con una IA hasta que el agente especializado 007 parece humanizarse y me dice que ha sido una avería gorda en un nodo, que puede tardar aún horas, me endosa un bono por las molestias y tras cuestionarle que no hayan informado de oficio a los clientes, me llega un sms anunciando la avería. Apenas 18 horas después, pero con buena letra.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
