Por lo que hemos visto esta semana que termina, no da la impresión que Estados Unidos sea un imperio en decadencia. Dos de sus figuras más conocidas en el mundo han acaparado la actualidad esta semana con sus giras por Europa y ambos regresan a casa por la puerta grande, pudiendo proclamar ante sus compatriotas ¡Misión cumplida!. El músico mantiene una capacidad de arrastre intacta tras casi cincuenta años de trayectoria y seguidores llegados de todos los puntos de Europa se sumaron al público local para disfrutar de dos noches inolvidables según relatan las crónicas y confirman los comentarios del público. Otro tanto se puede decir de Donald Trump, que protagonizó en la cumbre de la OTAN en La Haya un encuentro para la historia, logrando que la organización militar atlántica asuma un gasto desorbitado en materia de defensa. Bruce Springsteen y Donald trump han puesto a los europeos a bailar a su ritmo. No tocan la misma música, de hecho se repelen y si te gusta la de uno difícilmente puedes querer la del otro. El propio Springsteen lo dijo muy claro para todo aquel que quiera escuchar. Pero llevados por su actitud cobarde, los mandatarios europeos han abrazado el ritmo de la sumisión a Trump. De todas formas, estos son capaces de ir al próximo concierto de Bruce y entusiasmarse con sus acordes antitrump.