Resulta extraño, invadidos como estamos de plataformas y canales de televisión, recordar que hasta hace 35 años no había televisiones privadas, solo estaba TVE a nivel estatal y ETB por aquí, que también era pública. Esa primera cadena privada en asomar fue una torpe Antena 3, y todavía hubo que esperar bastantes meses para verla en Gipuzkoa porque la emisión fue escalonada, empezando por Madrid y Barcelona, y al resto nos tocó esperar... mucho. La tele de entonces vestía una carta de ajuste, que era su pijama de rayas para irse a dormir, y hasta que llegó la tele privada, La 2 era un canal remolón que también dormía la siesta y, entre semana, no iniciaba sus emisiones hasta pasadas las siete de la tarde; mientras que La 1 había empezado a madrugar apenas cuatro años antes y a trasnochar, apenas dos... y solo en fin de semana. Así que la llegada de la tele privada, con nuevos rostros y programas, fue muy celebrada y todavía más cuando en marzo surgieron Tele 5 (tetas y culos) y en septiembre Canal Plus (porno codificado, pero también series como Friends). Pero aun así, no tuvimos suficientes canales para llenar los botones del mando a distancia hasta muchos años después, cuando llegó La Sexta, la TDT y, antes, el satélite y el cable. Y la primera piedra de todo esto lo puso, hace hoy 35 años, Antena 3.