Han pasado los tiempos de las vacas gordas y me he dado cuenta de que me toca encarar la vida de otra manera, porque ahora dependo más que nunca de mi propio esfuerzo personal. No me ha llegado el respeto social a través de un acierto en el plano profesional y el martes asistí a un acto público en el que todas las conversaciones se centraron en mí. Pero el miércoles algunos problemas de índole económico me complicaron la jornada y al final conseguí que las cosas quedaran muy claras. Pero mi sentido de la solidaridad me empujó el jueves a meterme en asuntos que no son nada convenientes para mis intereses personales pero no pude evitarlo, y ayer interpreté mal las intenciones de los demás, especialmente la de una persona que quiere ayudarme, aunque me parezca que se mete demasiado en mi vida... Y ahora la confesión: soy Leo y esta hubiera sido mi semana si el horóscopo hubiera atinado. He hilado las distintas frases y la sensación al leerlo todo seguido es la de ir dando bandazos por la vida, aunque para hoy avisa de lo complicado que es aceptar los cambios de la vida pero que no queda otro remedio porque lo que es imposible es volver al pasado, aunque en esta columna lo haya hecho un poco, a un pasado reciente y paralelo que no me ha tocado vivir. Un saludo al Leo con quien sí han atinado y cambia, aunque sea de año.
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