Los supermercados de Gipuzkoa que instalaron cargadores gratuitos de vehículos eléctricos para facilitar la vida a sus clientes con vehículo eléctrico cuando nadie tenía vehículo eléctrico (salvo que fueras Elon Musk) siguen dando marcha atrás, ahora que empezaban a ser usados por sus clientes. Y tampoco es que se usen tanto, que la mayor parte del tiempo siguen estando libres porque comprar un vehículo híbrido o eléctrico, por mucho plan que haya para sacar los coches contaminantes del centro de las ciudades, sigue siendo disparatadamente caro en relación al mismo modelo en modo contaminante. Pues esos comercios que instalaron los cargadores gratuitos en el último rincón del parking, los están eliminando para convertirlos en cargadores de pago que, ahora sí, acomodan en primera fila, al ladito de la puerta principal, sin necesidad de recorrer todo el parking cargado con las bolsas de la compra. No son sólo ellos, tampoco hemos conocido por aquí siquiera aquello de que los coches con etiqueta ambiental cero aparquen gratis (o casi) en la zona azul y el descuento en el impuesto de circulación en la mayoría de municipios apenas dura lo que la oferta de una compañía telefónica antes de subir la tarifa a lo más alto. Y ese tiempo es muchísimo menos que la vida útil de ese vehículo eléctrico, como si lo que buscan incentivar, en realidad, fuera la compra del coche en lugar de tenerlo para no contaminar. ¿Acaso era todo marketing?
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